La torre oscura

Crítica de Adrián Kaplan Krep - A Sala Llena

“El hombre de negro huye a través del desierto y el pistolero va en pos de él”. Con esa oración Stephen King inicia, en 1982, el primer libro de La Torre Oscura. Una historia épica dividida en siete tomos. El camino recorrido de esta serie termina en 2004, aunque en 2012 se agrega un libro más, que se ubica entre el cuatro y el cinco.

Desde hace ya más de diez años que se habla de hacer una película con esta saga. Cuenta la leyenda que J.J. Abrams, declarado fanático enfermo de King, compró los derechos de la saga, pero luego no pudo concretarla. Después le dieron los derechos a Ron Howard, y no, tampoco la hizo. Nadie quería animarse a tanto. Eran siete libros de una complejidad muy grande: universos paralelos, monstruos, viajes en el tiempo, muchas y diversas locaciones, etc.

Tuvieron que pasar más de diez años hasta que Sony dijera “basta”. Y comenzó el viaje. Le dieron el proyecto a Nikolaj Arcel -responsable de La Reina Infiel (En kongelig affære, 2012) y Sandheden om mænd (2010), entre otras- para que la dirija y escriba el guión, y también para llevar adelante la mezcla de formatos que desde el principio mismo de esta historia quieren hacer: combinar el cine con la pantalla chica. Porque, claro, como no podía ser de otra manera, está anunciada una serie de televisión de La Torre Oscura para el 2018. Y esto no es necesariamente algo bueno. Podrían limitarse a hacer una película por libro, como en el caso de Harry Potter, pero parece que no es el caso.

De hecho, ya de entrada no se respeta (en el caso que haya que respetarse) el orden de los libros. La historia de La Torre Oscura (The Dark Tower, 2017) que elige contar Arcel no empieza con el primer tomo sino que elige contar los primeros episodios del segundo libro. Hay algunas cosas que pertenecen a la primera entrega pero la mayor parte es tomada del segundo. Es ahí en donde vemos a Jake (Tom Taylor), un chico de unos trece años que por las noches en vez de sueños tiene visiones. Visiones de otro mundo. Visiones que le revelan desiertos, batallas y a un Hombre de Negro (Matthew McConaughey) que secuestra chicos poseedores de “el toque” (the shine, en inglés). El mismo poder que tiene Danny Torrance en El Resplandor (The Shining, 1980). En esos sueños también lo ve al pistolero Roland Deschain (Idris Elba). La película se centra en este trío. El pistolero juró proteger La Torre Oscura, el Hombre de Negro la quiere destruir y Jake es el medio para lograrlo.

Teniendo en cuenta la complejidad de los personajes y lo larga que es la historia original, es posible que el lector se vea un poco desilusionado con esta primera entrega. El director elige mezclar el libro uno, dos y siete, y con eso armar el principio de esta saga. La película, desde lo técnico, está muy bien. Recrea con particular fidelidad el mundo de Roland, los efectos especiales están a la altura de lo que pasa en el libro, pero la acción y el desenlace parecen haber sido expuestos demasiado rápido y a los ponchazos.

En definitiva, y para el espectador que no leyó los libros, se va a encontrar con una película de aventuras clásica, un western de ciencia ficción en donde el bueno persigue al malo y no abundan las sorpresas.