La princesa encantada

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Creo que ya he dicho en innumerables oportunidades, que celebro que la animación familiar, no sea un negocio de pocos. Entiendo que las grandes compañías llevan una enorme delantera con respecto a los players independientes que tiene limitados recursos para enfrentarlos con éxito, pero intentar, siempre hace a la industria más competitiva.
Y sí, creo que hay lugar para todos. De hecho, el género terror y el infantil, son dos de los grandes movilizadores de audiencias en nuestro país. Siempre se necesitan títulos en cartelera para abastecer esa demanda. En esta oportunidad, vamos a ir a una producción ucraniana, que rompe un poco la lógica de producciones de este tipo, al menos en lo geográfico.
Porque la peli que dirige Oleh Malamuzh se nutre mucho (demasiado) de muchos personajes y tramas que nos remiten a historias que ya conocemos. Esta es la historia de una princesa raptada. Un desafío que impulsa a un artista a soñar quedarse con la chica, convertirse en caballero y ser el heredero del imperio. Un rescate, en definitiva. Ruslan no pertenece a la nobleza, pero conoce, accidentalmente, a la princesa Mía.
Algo pasa entre ellos, aunque el primero no sabe que la dama, es la hija del rey. Mientras ellos comienzan a reconocerse, ella será secuestrada por Chernomor, un terrible (feo) hechicero que aparece contra todos los pronósticos y se lleva a la encantadora Mía.
El rey estalla en furia y dolor y abre la búsqueda ofreciendo que aquel que traiga a su hija sana y salva, podrá desposarla. Hasta ahí, lo que ya todos imaginamos. Aventuras, color, algo de diversión, algún personaje secundario simpático.
Un malvado que juega bien su rol. Mía, por su parte, construye su perfil con retazos de heroínas ya vistas (una de las hermanitas de Frozen), pero sin la fuerza que se espera dentro de los nuevos cánones de los films que empoderan al género femenino.
Digamos que "La princesa encantada" es un intento válido por procurar ofrecer un producto de animación atractivo para chicos. A diferencia de los ofrecidos por los grandes estudios, los grandes quedamos afuera (nada atrae demasiado, lejos de lo divertido que es ver cine de Pixar o Dreamworks) y sólo los peques la pasan bien en sala. Que en definitiva es lo que vale la pena.
Como producto cinematográfico, debo decir que tiene aceptables condiciones técnicas y reconocerle su carácter de novedad por ser de Europa Central. Desde el guión y el desarrollo de personajes e historia, no me pareció que haga algún tipo de aporte original. Se apega a los establecido y tradicional y esa, es su principal debilidad.