La patria equivocada

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Confusas viñetas históricas

Una película sobre historia argentina: así puede definirse a La patria equivocada, cuya narración elige un estilo de viñeta, fragmento y postal bien iluminada para desentrañar ciertos hechos ocurridos en el siglo XIX. Basada en un texto de Dalmiro Sáenz, el film toma acontecimientos reconocidos (la batalla de Curupaytí, la guerra de la Triple Alianza, la conquista del Desierto), trazando un puente de casi 90 años y valiéndose de bruscas elipsis temporales que apuran a la confusión argumental y a un rompecabezas donde las piezas quedan sin armado definitivo. El eje central elige a Clarita y, más tarde, a Clara (Juana Viale por dos) como punto de vista del relato: primero, enamorada de un soldado que deja la vida por la patria, y luego, presurosa en vengarse de aquella muerte. Claro que Clarita y Clara son dos personajes diferentes, la segunda es nieta de la primera, pero ambas tendrán la oportunidad de disertar en voz alta sobre el destino y las dificultades de vivir en un país que acumula cadáveres en guerras internas sin ton ni son. Es que La patria equivocada es una película ciclotímica por su relato (por momentos cuesta entender en qué época transcurren los hechos), que oscila entre la verborragia patriótica y los planos generales de amaneceres y anocheceres estilo postal para turistas, y que debido a su construcción formal omite la emoción y la identificación hacia los personajes. Solo diez minutos que transcurren en la segunda mitad, protagonizados por dos soldados que terminan peleando para el general Mitre, se escapan de la monotonía imperante. Pero es muy poco para un film al que parece no favorecer su edición final, aumentando el desconcierto de un espectador no demasiado atento. Entre la retórica setentista de las biografías de San Martín y Belgrano, por momentos invocando al bronce que proponía el cine de los clásicos y también husmeando por las fatigosas reinterpretaciones de los últimos próceres del celuloide, La patria equivocada queda encerrada en sus propias indecisiones estilísticas y narrativas. Y adquiere, debido a sus torpezas y carencias, un olvidable destino de híbrido cinematográfico.