La patria equivocada

Crítica de Damián Serviddio - Suplemento Espectáculos

Es increíble que aún pretendan convencernos de que Juana Viale es buena actriz: no sólo es inexpresiva y monocorde sino que despliega frivolidad a mansalva. Su personaje recita ampulosos parlamentos con tan poca convicción que causan gracia. “La patria equivocada” atrasa cincuenta años la evolución del cine y se estanca en aquellos años donde la afectación era celebrada, en contraposición a la búsqueda de la naturalidad actual. El montaje rudimentario y la música arcaica tampoco son de mucha ayuda, sin tener presente los problemas de audio de origen y las varias desastrosas actuaciones secundarias.