La muerte de Marga Maier

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Dos brasileros que hablan sobre recuperar un valioso diamante funcionan como introducción al policial que luego presenta a Marga Maier muerta, cuyo cadáver arrastró, devolvió, sacó a flote la sudestada.
Estamos en Punta Indio, en un pueblo chico donde todos se conocen y que tiene una historia antigua. La aparición de Marga se da el mismo día que Pilar Gamboa, la flamante dueña de las tierras que ella administraba, llega al pueblo con la convicción de vender todo lo que la ate a un lugar que no asocia con momentos felices.
Un par de detectives, un sobrino de Marga, un poderoso vecino, y la dueña de un pueblerino restaurant junto a su hija son parte de la galería de personajes que se van a ir conociendo un poco más a fondo a medida que la película se sucede, que algunos secretos salen a la luz.
El último eslabón es el brasilero, el forastero, el interesado en comprar esas estancias. “No pasa el tiempo acá dentro. Está todo como muerto”, dice la protagonista, una Pilar Gamboa convincente en su poderosa interpretación. Un lugar anclado al pasado, lleno de recuerdos y ninguno feliz.
Como si fuera poco, una maldición. Un poderoso diamante que perteneció a su familia pero sólo ha traído desdicha a cada una de las mujeres de esa familia. Se descubre que el diamante desapareció y que Marga podría haber sido asesinada con él.
Con una cámara en mano, siempre inquieta, nerviosa, es que Camila Toker dirige su segundo largometraje en solitario. La realizadora sabe generar climas, oscuros, misteriosos, intrigantes como la figura de la propia Marga. Pero en algún momento, entre tanto personaje y senderos posibles en el relato, el film termina sugiriendo más que otra cosa y no puede evitar tornarse tan confuso como recargado.
Además de Gamboa, en el elenco se destacan y la acompañan un Luis Machín tan eficiente como siempre en esos personajes que generan una incomodidad inmediata, y Mirta Busnelli como la dueña del restaurante y aquella que mejor recuerda la y las historias que guarda el pueblo, a ella la acompaña además Anita Pauls como su hija también en la ficción, una especie de vidente.
Aunque atractivo y sugerente, y cumplidor de muchas de las normas del cine de género policial, La muerte de Marga Maier se alza como un interesante y curioso film. Sin embargo no termina de desarrollar con éxito un guion algo recargado, y allí a su galería de personajes. Sus climas y ese singular escenario elegido colaboran para un resultado cautivante aun en sus flaquezas narrativas.