La monja

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Las películas exitosas pueden abarcar universos enteros entre secuelas, precuelas, spin offs, remakes y lo que se les ocurra. "La monja" puede funcionar como precuela y como spin off de la saga "El Conjuro".
Después de que en la segunda parte de la película de James Wan haya llamado mucho la atención una escena con una monja aterradora, eso sólo sirvió para que el también productor se diera cuenta de que se podía explotar hasta hacerla película. Así, en "Anabelle: Creation (precuela del spin off Annabelle)", cuando "La monja" ya estaba en producción, se permitieron hacer un guiño a la película en cuestión.
A la larga, si de algo sabe esta gente, es de negocios. Escrita por Gary Dauberman (el guionista de las dos Annabelle pero también de la celebrada "It" de Andy Muschetti) y dirigida por Corin Hardy ("The hallow", película de terror irlandesa que pasó por nuestros cines sin pena ni gloria), "La monja" pretende contar la historia de este demonio terrorífico que utiliza la imagen de, claro, una monja.
Demian Bichir es un sacerdote que junto a una novicia interpretada por Taissa Farmiga (probablemente conocida más que nada por la serie "American Horror Story" pero que además es la hermana menor de Vera Farmiga, la protagonista de "El Conjuro") viajan a un pueblo rumano a investigar el aparente suicidio de una joven monja.
Allí también se encontrarán con un joven francés que los ayudará a entrar al lugar y se convertirá en su compinche. A partir de ese momento, La monja presenta cantidad de sustos (unos más efectivos que otro nivel visual, no mucho a nivel miedo cuando son tan esperados) pero poca historia.
Durante gran parte de la película la trama no avanza y en el último tercio sucede todo lo que hay para que suceda. A nivel visual el director aprovecha elementos y figuras de la religión católica y si bien logra crear algunas imágenes interesantes (a la larga la figura de una monja siempre tiene algo de aterrador) termina más bien siendo un pastiche de ideas que podrían no haber pasado del boceto.
Los actores hacen lo que pueden con el material que tienen en manos (que por momentos llega a ser ridículo) pero no es suficiente. Además se siente muy fuerte la necesidad de conectar con la saga, con este universo. Tanto, que al principio el film empieza con algo parecido a un “previously” de una serie, o a un trailer que se encarga de mostrarnos la presencia de este ente, la monja, en "El Conjuro".
Y al final sucederá algo similar. Todo esto le imprime un tono clase B pero que no parece consciente. La monja deja en evidencia que una imagen no es suficiente para construir una buena película. Que tiene que haber un buen relato detrás.
Podríamos tomar como ejemplo antagónico “Lights out”, que de un cortometraje que a la larga no era mucho más que un susto se pudo crear una decente película de terror sobre un fantasma. Acá ni siquiera esa imagen que provocaba terror está presente, no de aquel modo, porque deciden situarla todo el tiempo en un primer plano cuando todos sabemos que lo que mayor miedo genera es lo que no podemos terminar de ver, de descifrar, cuando es la imaginación de uno mismo la que termina completando.
Probablemente la película más fallida de la saga "El Conjuro".