La misma sangre

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Un hombre acorralado por sí mismo

El tercer largometraje de Miguel Cohan, después de su incursión en la televisión con La Fragilidad de los Cuerpos (2017), se mantiene en el género policial al igual que su ópera prima Sin Retorno (2010) y la adaptación de la popular novela de Claudia Piñeiro, Betibú (2014), obras que le valieron un reconocimiento como nuevo realizador nacional.

La Misma Sangre (2019) narra desde dos puntos de vista distintos la muerte de Adriana (Paulina García), la esposa de Elías (Oscar Martínez) y madre de Carla (Dolores Fonzi). Su fallecimiento aparentemente accidental desata una serie de interrogantes que llevan a la pareja de Carla, Santiago (Diego Velázquez), a preocuparse por la posibilidad de que la coartada de Elías durante el accidente que causó la muerte de la cocinera profesional no sea auténtica. La premisa del guión de Ana y Miguel Cohan se basa en la deconstrucción de la fachada del matrimonio perfecto de más de treinta años de Adriana y Elías, una pareja a punto de separarse con vidas completamente distintas que mantenían una relación distante pero simulaban seguir juntos. A partir de las sospechas de Santiago, Carla comienza a indagar en la vida de su madre a partir de una serie de fotografías que encuentra en la casa paterna, lo que la lleva a descubrir algunas de las cuestiones que sus padres le ocultaban.

El film de Cohan se basa en una idea propia concebida junto a Ana Cohan y Walter Rippel y plantea una mirada trágica sobre las miserias familiares pero sin extender la representación particular hacia lo universal. La historia sí realiza un planteo social sobre los empresarios regionales que se endeudan intentando exportar y los organismos estatales burocráticos que los ponen en el camino de la quiebra con sus retrasos en escenas que podrían haber sido más desarrolladas y definitivamente constituyen las más memorables de la película. En este sentido, los contratiempos del ambicioso proyecto económico de Elías y la consolidación del proyecto gastronómico de Adriana son dos caras contrapuestas de una Argentina en la que nada se puede dar por sentado y que quedan como una contextualización de la historia familiar que no resulta tan interesante.

El relato va perdiendo fuerza promediando la mitad del film ya que la acción que se repite desde el punto de vista de Elías, tras narrar primero la acción desde la mirada de Santiago, aporta algunas respuestas pero no agrega nuevos interrogantes y podría haber sido más resumida. Las actuaciones de todo el elenco son excelentes, destacándose Oscar Martínez y Paulina García en escenas de gran tensión, al igual que un maravilloso comienzo con Norman Briski y buenas performances de Dolores Fonzi, Diego Velázquez y Luis Gnecco.

Con una historia sencilla y una fórmula que funciona, Miguel Cohan construye en La Misma Sangre un policial sin policías ni jueces, y prácticamente alejado de todo el aparato judicial, para narrar un drama familiar desde el suspenso. Por momentos el film carece de credibilidad y pierde el interés que crea en un principio, especialmente por la gran actuación de Paulina García, y que recupera parcialmente en el final y en algunas escenas de Oscar Martínez, aburriendo cuando se centra en el personaje interpretado por Velázquez y consiguiendo en suma mantener un nivel aceptable en una propuesta que logra atraer con un elenco destacado y una historia prometedora que se conforma con ofrecer un cierre muy poco deslumbrante.