La máquina que hace estrellas

Crítica de Alejandra Casal - El Espectador Avezado

Niño busca su destino

Una entretenida aventura en el espacio, La máquina que hace estrellas es una muy buena producción nacional de animación, y el primer largometraje 3D Estereoscópico realizado íntegramente en Argentina.

En un cinturón de asteroides – y en un tiempo que no podemos precisar- vive un niño fantasioso y curioso llamado Pilo Molinet, quien anhela que llegue ese momento tan especial del cual le habla incansablemente su abuelo: el día en que las estrellas desaparezcan y deban ir en búsqueda de la máquina que hace estrellas para repararla. Pero ni siquiera en sus sueños imagina que la aventura que tendrá que vivir estará repleta de riesgos, y que será un viaje que lo cambiará para siempre.

Dirigida por Esteban Echeverría, la original animación no tiene nada que envidiarle a las grandes producciones extranjeras. La película transcurre en escenarios llenos de imaginación, con una estética que combina elementos de ciencia ficción y tecnologías antiguas de la humanidad: el menú incluye naves espaciales a vapor, máquinas con enormes engranajes, robots a cuerda, así como hologramas y asteroides que cobran vida.

La historia es bien cálida y atractiva para todas las edades, con un abanico de personajes variados y divertidos, que dinamizan esta fábula estelar. Y la banda sonora acompaña de maravillas este lindo relato de sueños, esperanzas y... destino.

Tras recorrer un largo camino hasta el día de su estreno, grandes y chicos ya pueden disfrutar de la gran aventura de La máquina que hace estrellas, una muy buena propuesta de cine nacional.