La idea de un lago

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

La idea de un lago: postales de la memoria
El segundo largometraje de Milagros Mumenthaler llega con muy buena recepción en Locarno y en el circuito de festivales europeo

Inés es una fotógrafa profesional que está decidida a terminar su nuevo libro antes de que nazca su hijo. Sin embargo, la memoria, los recuerdos y ese trabajo fotográfico la llevan, una y otra vez, a un mismo lugar: la casa familiar ubicada en el Sur. Se trata de un espacio que fue marcando la vida de esa mujer y forjando su personalidad a través de los años. La única foto que conserva de ella con su padre fue hecha allí, cuando tenía 2 años. Meses después de que esta foto fuese tomada, el padre de Inés desaparecería víctima de la dictadura militar. En medio de su matrimonio no del todo estable y de algunas desinteligencias con sus parientes, ella se propone investigar todo lo concerniente a su padre y para ello deberá recorrer diversos lugares. La directora Milagros Mumenthaler (Abrir puertas y ventanas) logró, sobre la base de calidez y de ternura, narrar esta historia que refleja una existencia marcada por el doloroso pasado inmerso en los trágicos días del horror y de la muerte en la Argentina.

Hay en este film un clima cada vez más angustiante que refleja la existencia de su protagonista (una muy buena labor de Carla Crespo) en su largo camino para descubrir ese secreto que la martiriza y la obliga a enfrentarse con un micromundo poblado de incertidumbres y de preguntas sin respuestas. El resto del elenco, al igual que los rubros técnicos, apoya con calidad este entramado que habla de un pasado inquietante y de un presente ávido de nuevas sensaciones.