La fiesta de las salchichas

Crítica de Mariana Van der Groef - Proyector Fantasma

Mucha fiesta, poco humor

Existen muchísimas películas de animación, que todos disfrutamos y consumimos con avidez. Largometrajes que si bien están pensados para entretener al público más joven, logran conmover hasta las lágrimas a adultos muy serios como nosotros. Y después existen películas como Sausage Party.

Frank (Seth Rogen) es “un” salchicha que está enamorado de Brenda (Kristen Wiig), “una” pan para salchichas. Ambos están a la venta en la góndola de un supermercado, esperando a ser comprados por un “dios” humano y llevados al “Gran Más Allá” donde podrán consumar su relación. Pero el viaje de ambos queda trunco cuando Frank intenta rescatar a un frasco de Mostaza con Miel (Danny McBride) que quiere suicidarse porque sabe que el “Gran Más Allá” no es el edén que todos piensan. Así se separan de sus paquetes y en el camino de vuelta a su góndola, descubren la aterradora verdad sobre su existencia.

Sausage Party nació como una película de animación estrictamente para adultos, y créanme cuando les digo que no quieren que sus niños la vean.

Dirigida por Greg Tiernan y Conrad Vernon, a quienes probablemente conozcan de películas como Monstruos Vs. Aliens y Shrek 2, Sausage Party es un festival de mal gusto. Sabemos que este tipo de películas permite tocar temas más jugados y ser un poco más ácidas que aquellas destinadas a públicos familiares, pero esto ya es demasiado.

Pareciera ser que la concepción de “humor adulto” se limita a montones de chistes de sexo y drogas, tantos que con el pasar de la película pierden la gracia, todo adornado con una cantidad excesiva de insultos que terminan por perder el sentido.

Por momentos es divertida, no vamos a decir que no, y aunque no lo crean, invita a hacer una pequeña reflexión acerca de las religiones y la cuestión de la Fe. Pero todo esto se desaprovecha en un mar de personajes sobreactuados, escenas sin sentido, violencia descontrolada y orgías muy explícitas entre frutas y verduras.

En conclusión, Sausage Party intenta copiar el humor absurdo al que nos tienen acostumbrados Rogen y compañía, pero no lo logra. Es tristemente irónico que hayan querido hacer una película animada de humor “sólo para adultos” que apenas los niños encontrarán divertida.