La feliz: Continuidades de la violencia

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Mar del Plata ha recibido, como cualquier argentino sabe, el apodo de “La Feliz”. En los primeros minutos de película el director se encarga de destruir esa imagen, describiendo a Mar del Plata como un infierno. Con ese comienzo, y desde el punto de vista narrativo, un espectador argentino tendrá un interés por saber más. Y hay más. De manera furibunda la película describe a la ciudad como un lugar de clase alta resentida cuando el balneario se volvió popular años más tarde.

La película se centra en la CNU (Concentración Nacional Universitaria) un grupo de ultraderecha con integrantes del peronismo, fascistas, antisemitas, nacionalistas, cristianos contrarios al Concilio Vaticano Segundo. Herederos del nazismo en muchos conceptos, estos crearon una línea temporal que va desde el primer asesinato hasta las crímenes sistemáticos perpetrados en la década del setenta.

La película cuenta esa parte de la historia y la conecta con crímenes y actos de violencia neo nazi en la actualidad, también en la ciudad de Mar del Plata. Ver testimonios actuales de personas cuyo discurso es de un casi no disimulado nazismo es impactante y aunque el documental los deja en ridículo varias veces, tampoco se necesita demasiado para hacerlo, sus propios testimonios los condenan. No hay idealizaciones en la película, sin ir más lejos aparece el 5 x 1 peronista, y la presencia de estos personajes siniestros hablando es algo poco habitual.

En el medio hay testimonios de víctimas de la represión, puntualmente un caso de tortura y desaparición que no merece mayor análisis, conmueve y duele como todos estos testimonios. Tal vez es un desvío demasiado grande que la película hace. Aunque se entiende cuál es su intención, rompe la narrativa. Se podrá luego decir que busca algunas chicanas para posicionarse ideológicamente en el presente, sin disimular su desprecio por algunos políticos y su aprobación de otros. Pero los crímenes son crímenes y la película los expone. El nazismo tiene en Argentina una larga presencia y, como lamentablemente uno puede deducir, no ha sido extirpado de nuestro presente tampoco. Algo que la película muestra y que podemos ver en muchos ámbitos hoy día.