La esencia del amor

Crítica de Facundo J. Ramos - Toma 5

"Caricias cantadas"

Si alguien me decía que el director de esta película era el mismo de la cinta de terror “The Cottage” (2008) y del poco conocido, pero interesante, thriller “Cherry Tree Line” (2010) seguramente no hubiera entrado a ver “La esencia del amor” tan tranquilo y relajado como lo hice hace un par de semanas.

De todos modos la experiencia sirve, y lo que uno debe transmitir en primer lugar al hablar de esta producción inglesa es que como película ofrece todo lo que uno busca a la hora de pagar una entrada para pasar un buen momento dentro del cine.

Es decir; Una buena historia, grandes actuaciones, un guión que entretenga y emocione y una dirección que sepa mezclar todos los elementos anteriores para redondear un producto que te deje una sonrisa de oreja a oreja al salir de la sala.

La versatilidad de Paul Andrew Williams como realizador sorprende gratamente gracias a un film como “La esencia del amor” en donde el humor y el drama se combinan de forma perfecta, convirtiendo un relato simple de la vida de dos ancianos en una invitación a la reflexión sobre algunos de los aspectos más interesantes de la vida adulta.

Creo que también es necesario decir que esta película apunta a un público más adulto que el habitual, ese que a veces se queja de la falta de ofertas interesantes que puedan divertir y movilizar sensaciones y sentimientos sin la necesidad de demasiado despliegue audiovisual.

Ojo: “La esencia del amor” es un film redondito, de esos que se pueden disfrutar un domingo al mediodía con un público todas las edades, pero creo que la ventaja a la hora de pasarla muy bien con esta producción la llevan aquellos espectadores que, con un poco más de años, tuvieron que atravesar situaciones familiares y personales que no son agradables pero si motivadoras de grandes cambios.

La historia del matrimonio entre Arthur (excelente Terrence Stamp) y Marion (destacadísima Vanessa Redgrave) logra un grado increíble de complicidad con el público y pese a que a medida que avanza el relato el drama va tomando más protagonismo, “La esencia del amor” no pierde nunca en el camino su espíritu alegre y melancólico gracias al personaje de Elizabeth (la hermosa Gemma Arterton) y a un par de secundarios increíbles.

El amor, aunque suene paradójico, termina convirtiéndose en el verdadero motor e impulso de esta película, la cual se esfuerza notablemente por reflejar a través de su historia que no existen fronteras, distancias ni tiempos para poder disfrutar de la vida, reconstruirnos frente a sus adversidades y alcanzar la felicidad plena gracias a valores tan nobles y esenciales como la amistad y la familia.

Poder reírse sin culpa sobre la cotidianeidad que atraviesa la vida de las personas de la tercera edad, emocionarse con algunas de las dolorosas circunstancias que también marcan a estas personas y alegrarse por el impulso que motiva a esos espíritus llenos de experiencia a seguir dando batalla en pequeñas aventuras es algo que afortunadamente nos conmueve y nos llena de alegría.

“La esencia del amor” no será perfecta, pero las sensaciones que a uno como espectador le dejan esta clase de películas se asemejan bastante a esa palabra.

Un verdadero mimo al alma, de esos que en el cine a veces faltan.