La batalla de los sexos

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

El sexismo en el deporte, con lúcida mirada

Nunca hay películas sobre tenis, y sin embargo este año tocaron dos. La anterior era un buen drama, quizá demasiado serio, sobre el famoso duelo entre Borg y McEnroe. Pero esta "Batalla de los sexos" es una comedia hilarante, sin que por eso deje de tocar un tema serio, como es el del machismo y la discriminación de las mujeres. Al matrimonio de codirectores formado por Valerie Faris y Jonathan Dayton, expertos en videoclips de grupos alternativos con REM, les gusta hacer películas sobre competencias que toquen temas de fondo, y ese era el encanto de su película más lograda, "Little Miss Sunshine". Ahora se centraron en un evento muy recordado en los EE.UU., que tuvo lugar en 1972 cuando el tenista playboy y ultrasexista Bobby Riggs enfrentó, en un extraño partido, a la tenista feminista Billy Jean King.

"Me encantan las mujeres, en la cama o en la cocina" es una de las barbaridades que dice muy suelto de cuerpo un brillante Steve Carrell, que se luce como Riggs, una especie de adalid de la incorrección política. Las situaciones y diálogos provocan estallidos de carcajadas, pero también la indignación del personaje de Emma Stone, que equilibra el film con el lado más dramático de esta extraña situación en la que se metió. El dúo Faris/Dayton logra una narración con buen ritmo y momentos graciosos, además de excelentes actuaciones y un aprovechamiento de la estética de la época. Aquí el tenis es lo de menos, y es por algo que nadie hace películas de tenis.