La araña vampiro

Crítica de Lucas Moreno - Bitácora de Vuelo

LOS COBARDES DE MEDINA

Más estresante que una ópera prima es la película posterior. Sobre todo si esa ópera prima fue una bendición audiovisual.
La Araña Vampiro inyecta dos sentidos. El inmediato es que Gabriel Medina se animó a filmar algo diferente, desde lo temático hasta lo formal. En Los Paranoicos la cámara se asienta en un trípode y reivindica el poder del travelling. Acá el camarógrafo corre sobre piedras y yuyos, con paneos y reencuadres salvajes como los de un falso documental. En Los Paranoicos todo se impregna de maldad tragicómica, amplitud de personajes y enmarañamiento estructural. La Araña Vampiro expone una línea argumental simple y árida.
Mientras Los Paranoicos estimula una risa amarga, La Araña Vampiro inspira temor. No es un espectáculo terrorífico. Nada sale de un freezer genérico. Los Paranoicos tampoco es una comedia; el cine auténtico crea normas curiosas y únicas.