La araña vampiro

Crítica de Fernando Herrera - La Capital

Leyenda sobre un mal bicho

Jerónimo, joven urbano al borde de un ataque de nervios, es llevado por su padre a pasar un fin de semana en las sierras, a unas cabañas alejadas de todo, en un ambiente tan saludable que bordea lo mágico y misterioso para el atribulado protagonista (el siempre eficaz Martín Piroyansky, ganador del premio al mejor actor en el último Bafici por esta película). Lo que podría ser una cura para la ansiedad y un reencuentro padre-hijo se transforma en una pesadilla cuando Jerónimo es picado por una araña sobre la que pesa una leyenda. Lo que sigue es un viaje a pie por terrenos inciertos para encontrar un improbable antídoto, en compañía de un guía que carga con sus propios demonios internos. Gabriel Medina, cuya anterior película fue la notable “Los paranoicos”, sabe como imprimir su sello saltando de un género a otro. En su primer trabajo apuntó a la comedia romántica y en este se pasa de drama a comedia, suspenso, terror y road movie, con una saludable apuesta por el riesgo. El problema es que la suma de las partes no termina de cuajar y una premisa original se transforma en un híbrido cargado de aciertos parciales.