Kryptonita

Crítica de Roger Koza - La Voz del Interior

El día de la lealtad
¿Un filme con superhéroes criollos o una comedia efectiva para movilizar las emociones?
Con Kryptonita, la nueva película de Nicanor Loreti, el director de la muy interesante Diablo (y también de Socios por accidente), se anuncia el advenimiento de una veta nacional de los superhéroes. ¿Llegó la hora de nuestros Batman, Superman y Iron Man? Por suerte, no. La banda de Nafta Súper, liderada por el pirómano Pinino (o Nafta Súper) poco tiene que ver con un grupo de superhéroes y mucho más con un grupo de marginales unidos en una sesgada supervivencia ligada a los barrios. La reminiscencia del narcisismo infantil de los muchachos millonarios de Los vengadores es nula. El americanismo brilla por su ausencia.

Todo empieza el domingo 28 de junio de 2009. La referencia temporal es exacta, no tanto la localidad de la trama. La acción se circunscribe a un hospital público durante una noche, más precisamente a su guardia. Ahí está el médico de turno, que no tiene mucha suerte ni con sus pacientes, ni en su vida familiar. Después de perder a un herido grave, no por su praxis sino por la intervención indirecta de un policía fascista, llegará la banda con su líder a punto de perder la vida. El “Doc” tendrá que revivirlo y curarlo, mientras que la policía irá cercando el edificio público para atrapar a la banda. La tensión narrativa está delimitada a la recuperación de Pinino y a un posible escape.

Quien espere acción encontrará diálogo; quién busque superhéroes criollos dará con personajes. He aquí lo más hermoso de Kryptonita, sus criaturas. Todos los miembros de la banda son queribles y en sus propios términos nobles. Sin duda, la travesti Lady Di, que luce como La Mujer Maravilla, es la estrella que resplandece en la trama; la composición de Lautaro Delgado es magnífica y en él o ella recaen las mejores secuencias dramáticas. Pero todos los actores están bien, sin excepción.

Basada en la novela de culto de Leonardo Oyola de título homónimo, Kryptonita, que remite más a Asalto en el precinto 13 que a Sin City, y en nada a las películas de la mayoría de los superhéroes estadounidenses, tiene una resolución no exenta de emoción, en la que la lealtad aparece como la virtud por excelencia. Puede faltar equilibrio entre acción y diálogo; puede también ser un filme cuya situación de encierro requería otros recursos poéticos (y no solamente algunos flashbacks más o menos ingeniosos y panorámicas de drones de la ciudad en la noche) para eludir su ostensible arritmia y cierta dependencia excesiva de sus intérpretes. Aún así, Kryptonita es un filme de género eficaz que respeta de principio a fin a sus espectadores y sorprende justamente en donde no se lo espera: en el orden intangible de las emociones.