Joel

Crítica de Jorge Grez - El rincón del cinéfilo

Después de cinco o seis años, nuevamente en pantalla un film de Carlos Sorin, realizador de “La película del rey” (1986); “Historias mínimas” (2002); “El perro” (2004); “La ventana” (2009); “Días de pesca” (2012).

“Joel”, su trabajo más reciente, es una propuesta pequeña, relativamente sencilla, un relato casi familiar, sobre los esfuerzos y las luchas de una madre para lograr incorporar al hijo adoptivo primero a su vida, y luego a la comunidad.

La producción, como es clásico en la obras de Sorin, conforma su elenco con actores profesionales, Diego Gentile (Diego) y Victoria Almeida (Cecilia), y otros amateur, como es el caso de Joel Noguera (Joel), respecto de quien el director comentó: “Me encontré con Joel en una panadería de Tolhuin, Tierra del Fuego, y desde ese momento supe que era a quien estaba buscando “.

El entramado de “Joel” es una historia muy simple: Diego y Cecilia, viven en Tierra del Fuego, él es ingeniero forestal que labura en una maderera, y ella profesora de piano, en Tolhuin, comunidad cerrada y conservadora, que desean ser padres primerizos y reciben en adopción a Joel, un niño de 9 años (ellos esperaban una criatura de entre 4 ó 5 años), hosco y silencioso, quien no sólo tendrá que acostumbrarse a sus nuevos padres, sino que ellos también lo deberán hacer respecto de él.

La historia centra la primera parte de la narración en las vivencias de la pareja que deberá lidiar con principios, deseo, cariño, en la nueva situación de convivencia familiar, en la cual se generarán sutiles problema de intercomunicación padres-hijos.

El segundo tramo del relato se abre con la incorporación de Joel al tercer grado en la escuela local, y por el hecho de que estuviera cursando un grado inferior al que por edad debería cursar. A poco andar se genera un conflicto con los compañeritos por comentarios de Joel respecto de su vida anterior y vinculaciones de experiencias con robos y drogas. Convocados Diego y Cecilia por la dirección de la escuela, y los padres de los chicos, les piden el retiro de Joel del establecimiento, pues la comunidad está libre de la droga, y sea inscripto en otro colegio ubicado a una decena de kilómetros, a lo que se niegan, asumiendo Cecilia el protagonismo en la defensa del hijo. En un paso posterior interviene una representante del ministerio de educación provincial, y en una asamblea con padres ratifican lo resuelto por la dirección, lo que determina que la pareja deba tomar decisiones al no haber podido lograr una solución satisfactoria del problema en cuestión..

Varios son las temáticas que pone en juego Sorin en esta realización, entre ellas la paternidad deseada, la discriminación, el bullying escolar (*), la burocracia tras la adopción. Se trata de una obra plena de sentimiento que invita al espectador a la reflexión. Una narración sólida, hermosa visualmente aprovechando los paisajes sureños en época de invierno, ratificando su capacidad infrecuente en el cine argentino contemporáneo como director de actores logrando en perfecta comunión el trabajo entre los experimentados y aquellos sin mayor experiencia en la materia, incluso sin ningún antecedente logrando equilibrar un trabajo de buen nivel como equipo actoral.

Una obra pequeña, franca, dinámica, inquieta, inteligentemente planeada para abrir el diálogo sobre aspectos que afectan el normal desenvolvimiento de la sociedad internacionalmente considerada.

(*) Palabras del director: “Me encontré con casos de chicos discriminados al punto de pedirles que se vayan del colegio, pero no por ser adoptados, sino por ser extranjeros. La escena final esta sacada de un hecho real”