Jessabelle

Crítica de Fernando Herrera - Mirar y ver

Lo pasado pesado

Pobre Jess. No pega una. A punto de convivir con su pareja, con la que tendrá un hijo, sufre un accidente que la deja postrada y sola, y debe volver vencida a la casita de los viejos, en donde la espera más de una sorpresa desagradable relacionada con el pasado no resuelto, y que por supuesto no conviene adelantar.

Lo que sigue es un modesto misterio que se sostiene hasta el final. Las actuaciones son convincentes, sobre todo la de Sarah Snook, que ya había llamado la atención con su notable papel en la también retorcida Predestinación (2014). Esos son los puntos a favor, a los que hay que sumar la saludable intención de apelar a la narración y dejar de lado las escenas de alto impacto y el gore gratuito, sobre todo teniendo en cuenta que el director, Kevin Greutert, venía de hacer las dos últimas entregas de El Juego del Miedo.

Pero Greutert, como Jess, debe lidiar con un pasado que lo condiciona demasiado. La lucha es cruel y es mucha, y la acumulación de lugares comunes, la escasez de sustos y cierto desprecio por los personajes propio del género desdibujan las buenas intenciones y resienten por completo la experiencia. Una pena, pero es probable que Snook, a diferencia de la pobre Jess, tenga mejores oportunidades en el futuro.