Isla de perros

Crítica de Melody San Luis - Fancinema

LA ESTÉTICA DE LOS DETALLES

No se puede negar que Wes Anderson es todo un artista. Isla de perros está integrada por una composición minuciosa; los detalles son el predilecto de este director. La estética es el fuerte de este film y funciona junto con los diálogos que se perciben pulidos y disparadores.

Se elige Japón como lugar en el que suceden los acontecimientos. Esta decisión da pie a generar una estética que tiene cierto diálogo con el animé. Por un lado, la utilización de ciertos colores como el rojo. Por el otro, una voz en off con un ritmo parecido a las narraciones de este estilo. Pero también da a lugar a un tipo de música muy interesante, apoyada principalmente en los tambores. Es muy contagioso el ritmo de los instrumentos, ayuda a generar el clima y cierta tensión.

Con el pretexto de una gripe canina y una posible afección en los seres humanos es como se desplaza a todos los perros a la isla “basura”. Esta excusa le permite al film un acercamiento con estos animales y poder observar su relación con la gente. La expresividad de los perros y su buen sentido del humor, son los recursos que permiten un acercamiento directo a ellos. Un aporte importante del film es la personificación de los perros frente a una animalización de los humanos. El niño que fue a buscar a su mascota, que fue depositada en la isla, se comunica con expresiones mientras que los perros hablan. En primer plano a la cara del chico y su movimiento de dientes es un recurso que se utiliza en varias ocasiones para mostrar el nerviosismo del joven.

Siguiendo con la estética que utiliza el film, podemos observar cómo aparece un registro propio de los libros-álbum. El stop motion se combina con dibujos para formar escenas cargadas de contenido. Es así como los diálogos toman vigor tras las imágenes. La utilización de diferentes tipos de visión de la cámara genera imágenes que parecen cuadros. Otro de los recursos que aparecen en la película es poner en paralelo dos escenas que se vinculan. Se dan así escenas de gran valor estético y sumamente bellas.

Podemos observar la auto referencia, algunos de sus diálogos remiten a sus películas anteriores. Pero también, hay un dejo de otras obras. Un ejemplo es la relación que vemos en la amistad entre el perro y el niño, y el zorro y el principito. Se explora de esta manera la idea de dueño, no como quien posee al otro sino como compañero, amigo. Hay también referencias al estilo político y televisivo.

Isla de perros combina una estética pensada y personal con un relato emotivo. Se da lugar tanto al intelecto como a los sentimientos. Uno de los aspectos más endebles del film son algunas de las historias que no marcan relevancia, que estiran un poco las situaciones y como así también la saturación de la estética. Sin quitar importancia a lo antes dicho, a veces, por el exceso de los recursos se pierde un poco de fuerza.