Insurgente

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Ya sea en la literatura o el cine, las propuestas recientes de ciencia ficción dirigidas al público adolescente se convirtieron en un gran Déjà vu.
No importa si se trata de Los juegos del hambre, Maze Runner, El dador de recuerdos o Divergente, las historias que se ofrecen parecen todas iguales.
En un mundo distópico, una comunidad es controlada por un gobierno totalitario y un adolescente que suele ser el "gran elegido" lidera la revolución para liberar a su pueblo.
Dentro de esta invasión de bodrios juveniles, el director Neil Burger (El ilusionista) hizo un buen trabajo el año pasado en Divergente a la hora de construir un relato que trató de evitar la mayor cantidad posible de clichés .
No era precisamente un peliculón memorable, pero el film se concentraba en desarrollar bien los personajes y presentaba de una manera amena el universo de ficción creado por Veronica Roth, autora de esta trilogía literaria.
Si bien era más de lo mismo, la película al menos lograba ser entretenida.
Lamentablemente, Neil Burger (un realizador que surgió de la agencia de publicidad de Ridley y Tony Scott) decidió desvincularse de la saga debido a que los productores de Lionsgate no le daban el tiempo necesario para preparar Insurgente como deseaba, ya que querían filmarla lo más rápido posible con el objetivo de estrenarla en marzo de 2015.
Acá tenemos las consecuencias.
Lionsgate reemplazó a Burger por Robert Schewentke, quien hace poco estrenó ese film horrendo que fue R.I.P.D.: Policía del más allá, con Jeff Bridges.
El nuevo director retoma la historia desde el final de la primera entrega para centrar la narración de la película en una misma fórmula que se repite una y otra vez hasta los últimos 15 minutos.
Tris (Shailene Woodley) y Cuatro (Theo James) huyen de los chicos malos para esconderse en algún lugar y volver a escapar cuando los encuentran.
Cada vez que están punto de capturarlos aparece un personaje nuevo que los ayuda o surge una situación que impide que los villanos cumplan su objetivo.
Durante casi una hora y media este es el modo en que funciona la narración de Schwentke, quien falló por completo a la hora de generar situaciones de suspenso con el conflicto que trabajaba.
Si a esto le sumamos las secuencias de acción insulsas y repetitivas, los villanos acartonados (donde sobresale uno de los peores trabajos de Kate Winslet) y una historia mediocre que no tiene reparos en robar de manera burda numerosos elementos de Matrix, Insurgente es una propuesta complicada de disfrutar si no sos fanático de los libros.
Tampoco ayudó la incorporación de Naomi Watts, quien lidera en la trama a un ejército de modelos publicitarios que supuestamente debería añadirle tensión al conflicto, pero nunca consigue generar interés.
La verdad que es muy complicado engancharse con una historia donde la villana principal se llama Jeanine y cuenta en su poder con el arma de destrucción masiva más pedorra en la historia de la ciencia ficción. Una cajita con secretos que parece comprada en una feria artesanal de Plaza Francia.
Creo que el cambio de directores dañó bastante a esta película que había presentado algunas ideas interesantes en la primera entrega.
Mientras que el film de Neil Burger se concentraba en las emociones de los protagonistas y las relaciones que se formaban entre los personajes, Insurgente se enfocó en el despliegue de efectos visuales y escenas de acción genéricas que no despiertan ningún tipo de entusiasmo.
Shailene Woodley y Miles Teller, lo único rescatable de este film, remaron con mucho profesionalismo una continuación hecha a las apuradas que no está a la altura de lo que fue el episodio anterior.
Quedan todavía dos capítulos más que se estrenarán durante el 2016 y el 2017, debido a que la compañía Lionsgate tuvo la feliz idea de dividir el último libro de la saga en dos producciones.
Algo completamente innecesario, sobre todo cuando Insurgente no genera demasiada expectativa por seguir viendo más historias con estos personajes.