Infierno grande

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

“¡Luces en el aire, diablos por todas partes, cristianos salvajes!”. Como en una película de terror inglesa, todos le advierten a la protagonista que ni se acerque al pueblo adonde quiere llegar. Ella es una mujer embarazada, que luego de pegarle un tiro en la cabeza a su marido abusador, huye en una vieja camioneta con un rifle colgado al hombro, buscando el pueblo donde nació. Que ya ni existe ni el mapa de La Pampa.

Guadalupe Docampo lleva adelante esta inclasificable road movie con su panza a cuestas sin que, para decirlo de un modo suave, nadie le ceda el asiento en el colectivo (en una escena tremenda, una especie de cura le toca el vientre mientras la apunta con una escopeta). Por suerte, esta émula de otra embarazada con pistola, la Frances McDormand de “Fargo” de los hermanos Coen, tiene la ayuda de que todo esté narrado en off, desde el futuro, por el bebé que esta a punto de dar a luz.

“Infierno Grande” es un diamante en bruto que se disfruta, sin que algunas imperfecciones técnicas y narrativas alcancen a malograr esta opera prima de Alberto Romero. Hay notables actores de reparto, buen uso de locaciones, y una banda sonora memorable a cargo de Gustavo Pomeranec.