Hotel Transylvania

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Una de terror para chicos

En este filme animado, papá Drácula intenta proteger a su hija adolescente (de 118 años, cosas de vampiros) de los humanos.

Si las chicas sólo quieren divertirse, a los chicos les gusta asustarse. O al menos eso es lo que piensan en Hollywood, que en las últimas semanas está estrenando películas animadas de terror… para niños. Veamos: ParaNorman –a la Argentina llega en noviembre-, Frankenweenie , de Tim Burton, y hoy llega Hotel Transylvania , con papá Drácula tratando de proteger a su hija Mavis de los humanos.

Para ello y para que “los monstruos y sus familias reposen en un paraje de paz”, el Conde hizo construir este resort , por 1895. El tiempo pasa, los chicos crecen y Mavis es una adolescente (de 118 años, por esas cosas que tienen los vampiros) que quiere salir al mundo exterior, ése que Dracu no le permite ver. El chupasangre tiene sus motivos para protegerla, algo que se cuenta más avanzada la trama. La cosa es que Jonathan, un joven humano y mochilero irrumpe en el Hotel por casualidad, y el Conde trata de hacerlo pasar por otro monstruo entre sus huéspedes.

¿Quiénes se alojan allí? Frankenstein, El Hombre Invisible, el Lobo, varios esqueletos y otras criaturas espeluznantes. La cosa es que Jonathan y Marvis sienten amor a primera vista, y el primer largometraje para cine de Genndy Tartakovsky ( El laboratorio de Dexter , Las Chicas Superpoderosas ) tiene diversión y mensaje.

Drácula (voz original de Adam Sandler) cuida a Mavis (Selena Gomez) porque es viudo y le prometió a su madre protegerla por siempre de los ”humanos inmundos”. Así que de pequeña le leía cuentos de humanos a la hora de acostarla, hay muchos gags visuales, aprovechando la sorpresa que generan las cosas que pueden hacer los monstruos, líneas de diálogo igualmente jocosas y una tomada de pelo a Crepúsculo .

Y por el lado del mensaje cifrado, es fácil advertir que se propone comprender y aceptar al que es diferente a uno. Después de todo, los monstruos no son tan malos como parece.

Filmada en 3D, pero sin saltos en primer plano, la película es un entretenimiento eficaz, una buena salida para compartir con los chicos, que para eso uno los lleva al cine.