Hotel Transylvania

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

(Anexo de crítica) Mucho tiempo ha pasado ya de aquellos tiempos en los cuales el cine de animación parecía ser el monopolio de una sola empresa. A la gigante Disney le fueron apareciendo hace ya casi 15 años dignos contrincantes en la taquilla como Dreamworks, Fox, Universal, Sony, sin olvidar varias producciones más “independientes”. Es por eso que ahora es más común contar con una gran variedad de películas animadas estrenadas por año, ya no son propiedad única de las vacaciones de invierno o de la temporada de Fiestas.
Esto lleva como consecuencia que la sorpresa en el género hoy en día no sea algo tan corriente, muchas de esas películas corren el riesgo de pasar desapercibidas; la competencia es ahora tan grande que los estudios deben hacer esfuerzos para captar la atención de un público más dividido. Esto nos lleva a la pregunta ¿qué tiene para ofrecernos Hotel Transylvania? Drácula (con la voz de Adam Sandler) regentea un hotel cuasi turístico en el cual los monstruos llegan a pasar una temporada y a esconderse del ataque de los humanos (las cosas parecen haberse invertido). En ese lugar el Conde vive con Mavis (Selena Gomez) su adolescente hija que está a punto de cumplir 118 años, por lo que planea organizarle una fiesta a todo trapo. Claro, para la ocasión van a llegar los amigos más cercanos de la familia, Frankenstein (Kevin James) con su esposa Eunice (Fran Drescher), la momia Murray (CeeLo Green), una pareja de hombres lobo (Steve Buscemi y Molly Shannon), el Hombre Invisible Griffin (David Spade), entre varios otros monstruos clásicos.
El problema es que en el medio del jolgorio se cuela un humano Jonathan (Andy Samberg) que llega por accidente al hotel y de inmediato se enamora de Mavis. El asunto va a girar principalmente en el conflicto Monstruos-Humanos, Drácula va a mirar con reticencia a Jonathan, teme a los mortales, y no quiere saber nada de la unión de su hija con uno de ellos. Jonathan va intentar ganarse a su posible suegro y querrá demostrarle que (no todos) los humanos son tan malos... y en el medio los monstruos hacen de las suyas. Volviendo al comienzo, lo que nos ofrece Hotel Transylvania es una comedia ligera, con diálogos rápidos, humor ATP (salvo algunos chistes), animación colorida, y voces de actores famosos (más que nada en EE.UU.) que en el doblaje español se pierden. Desde el comienzo sabemos que no es la intención ofrecernos una película que se destaque por su originalidad, casi todo lo contrario, no tiene mayores pretensiones que hacernos pasar (sobre todo a los chicos) un rato amable.
Desde la selección de voces originales vemos que hay varios actores salidos de Saturday Night Live y que, por consiguiente, son recurrentes en los films protagonizados/producidos por Adam Sandler. La cuestión es que aquí están algo limitados por un guión netamente infantil y con chistes algo remanidos. La animación también va por el mismo rumbo, los personajes se destacan por su colorido tono pastel y formas caricaturescas y “acolchonadas” , casi como si fuesen muñecos peluches en lugar de monstruos reales.
En cuanto al 3D, como suele suceder, es poco lo que aporta. Su director es Genndy Tartakovsky, que tiene experiencia en haber “revolucionado” el mundo de la animación para TV con series como El Laboratorio de Dexter, Samurai Jack, La Vaca y el Pollito, y Las Chicas Superpoderosas (donde oficia como productor). Acá debuta con un largometraje, y lo que muestra parece ser una versión extendida (y algo lavada) de cualquiera de esas series. Secuencias rápidas, humor pretendidamente irreverente (que en esta ocasión se logra a medias), y animación llamativa. Antes de verla uno podría esperar una película que mezclara el humor con algo de terror en onda infantil (al estilo de Monster House o cualquiera de los films de Henry Selick, todos más logrados que este). Nada de eso hay en Hotel Transylvania, casi como si el asunto de los monstruos fuese una introducción para darnos una comedia familiar. Los chicos deberán buscar dar sus primeros pasos en el terror en otra ocasión. Ni hablar de emparentarse con Monster Inc. y su chispeante humor crítico/social.
Tenemos una comedia simple, directa, y con la esperada moraleja de unión entre distintos. Aún así, sin ser original y apenas consiguiendo un divertimento amable a Hotel Transylvana le alcanza para que los más chicos pasen un rato agradable, (casi siempre) gracioso, y lo fundamental bastante entretenido. Talvez no sea un film memorable, pero el rato en el cine pasa.