Hora - Dia - Mes

Crítica de Germán Morales - Proyector Fantasma

De uno de los directores de “Línea de 4”, y con la producción de Cohn-Duprat, Hora-Día-Mes recorre la vida de Bernardo Talavera (Manuel Vicente), un trabajador de un garage a en la ciudad de Buenos Aires. El film, narrado maravillosamente por el escritor Marcelo Cohen, se encarga de hacer mágico lo cotidiano. A través de las relaciones con los clientes y la voz en off, conocemos obra, vida y pensamiento (sobre todo esto último) de una persona cuyas circunstancias en la vida no fueron del todo favorables (pero tampoco desfavorables) y como terminaron llevando a Nando, un amante de los autos, a trabajar en ese garaje.

La fotografía y la poesía del narrador le otorgan belleza al relato y llevan al film a momentos de gloria. Sin embargo, el recurso se agota a mediados del trabajo y termina siendo un poco tedioso sobre el final. Más allá de eso, la magia de lo común está bien fundamentada, las particularidades del personaje, de sus pasiones y de una vida que se encuentra atrapada en una rutina donde la costumbre, y también su falta de deseo, no le permiten salir. La reflexión final sobre el tiempo, el hombre y sus aconteceres es interesante para pensar y salir de la óptica lineal de la vida.

Lo bueno es que a pesar de ser un relato de la cotidianeidad, Nando no sólo queda retratado como el “hombre común”, sino que en sus obsesiones con los autos y el clima, se permite huir de las convenciones por las noches, en esos escapes de lo políticamente correcto.