Hombres de Negro: MIB Internacional

Crítica de Caty Filgueira - Cuatro Bastardos

Hombres de Negro Internacional: Volvemos a empezar.
«MIB International», como es su título en inglés, llega a los cines con la esperanza de mantener a los trajeados en pantalla.
Hace ya mucho tiempo, la primera entrega de Hombres de Negro llegaba a los cines con una premisa muy simple pero muy novedosa: los extraterrestres viven entre nosotros y hay una organización que se encarga de mantener el orden y la paz…y el secreto.
Con los años, esa película se volvió un clásico de culto. Ahora, en esta entrega, la idea es volver a las bases sin literalmente rebootear la serie (aunque las opiniones están divididas sobre las secuelas que siguieron a esa joya).
La idea en esta ocasión es llevarnos más allá de lo que conocemos del mundo de MIB de Nueva York. ¿Cómo lograrlo? La idea es partir de lo conocido y llevarnos a un lado nuevo de esta división que es tan secreta que ni el gobierno sabe, oficialmente que existe. ¿Cómo lograrlo? Con una recluta nueva, fresca, que pueda ayudar en la división de Londres.
Así es como Moly (Tessa Thompson), o la agente M de ahora en adelante, se ve de golpe introducida en el mundo desconocido que es la sucursal Londinense de Hombres de Negro. Obviamente, no sin antes preguntarle a su jefa, O (Emma Thompson), sobre el nombre de la organización.
En Londres, el jefe de la división es High Tea (y para los que sepan inglés, sí, es un chiste), interpretado por Liam Neeson, y su mejor agente es H, interpretado por Chris Hemsworth. Pero hay cosas que no cuadran entre los ingleses y cuando la idea de un complot empieza a surgir, puede haber mucho más en juego que solo el destino de la tierra.
¿Nuestra opinión, sin rodeos? Es una película Ok. Pero vayamos por partes. Por un lado, la trama tiene una lógica, que logra ser lo suficientemente misteriosa sin derivar en esos films eternos que dan tantas vueltas que no sabés ni en que sí la estás viendo. La duda está, se fomenta y te deja inseguro sobre quién es de verdad confiable, lo cual ya es decir mucho.
Por el lado de los personajes, M y H tienen sus momentos pero no son santos de mi devoción. Molly me gusta porque es la primer persona en buscar ser parte de MIB por voluntad propia y sin necesidad de ser reclutada. Es inteligente, segura y se siente bastante real, aunque le falta ese no sé qué que convierte a un personaje en EL personaje. Algo similar pasa con H. Lo presenta como el agente que salvó al mundo solo con «su astucia y su deatomizadora serie 7», pero se siente como si hubieran intentando mezclar a James Bond con Tony Stark en Iron Man dos, cuando se emborracha en su fiesta. Se siente un poco cliché y repetitivo.
O y High Tea son otra historia, porque sabemos que hay más que contar ahí, pero como su función a nivel historia, valga la redundancia, es más informativa que otra cosa, nos quedamos con las ganas. La sorpresa fue el desarrollo de C (Rafe Spall), a quien aún no había mencionado, y quien es la mano derecha de T. Es correcto, santurrón y si pudiera, hubiera mandado a volar a H hace rato. Pero lo que sí tiene es desarrollo. Su interés, más allá de su desdén por el personaje de Hemsworth, está en hacer su trabajo, hacerlo bien y proteger al mundo. Y para cuando todo se va de verdad al traste, resulta ser un aliado interesante. Y por último tenemos a Pawni, que se sintió como un intento de reemplazar a Frank. Es entretenido, eso es todo lo que puedo decir de él. Al menos no abusaron de los gusanos, que cuando los ví aparecer en pantalla me preocupé, pero no hizo falta. Fueron más cameo que otra cosa.
La intención fue buena: dejar a K y a J atras para buscar otros horizontes. El producto final no es malo. Tiene buen ritmo, es bastante entretenida y hay una historia que contar. Pero también se siente como que se perdieron a mitad de camino entre una buena historia y una buena película. Los efectos, que en un film de este estilo abundan y quizá cegaron la dirección de la historia en su totalidad, como no es tan inusual que pase (aunque uno esperaría que a esta altura los efectos ya no deslumbraran tanto).
Dentro de todo, se nos presentó un film con un comienzo nuevo sin necesidad de borrar lo que vino antes pero sin necesidad de quedarse atados al pasado y abriendo el panorama. ¿Hay cosas para mejorar? Sí. ¿Tiene futuro? Puede ser. Es cuestión de esperar y ver a dónde nos llevan la próxima vez estos Hombres de Negro.