Hellboy

Crítica de Emiliano Silva - Cinergia

El demonio que dio el mal paso

Luego de la última película de Hellboy en 2008, dirigida por el multipremiado director mexicano Guillermo del Toro, llega una versión dirigida por Neil Marshall y protagonizada por David Harbour (conocido por la serie de Netflix, Stranger Things).

Después de muchísimo tiempo en el que se había especulado acerca de una tercera entrega del demonio rojo a cargo de Del Toro, esto jamás sucedió. Entonces el estudio finalmente decidió estrenar una nueva película pero con un nuevo actor, empezando de cero, quitándole todo rastro de la estética que le había marcado el anterior director. Así se eligió a Marshall, un hombre especializado en el cine de terror, cuyos anteriores trabajos habían sido El descenso (2006) y Cuentos de Halloween (2015).

Esta nueva reversión de Hellboy nos trae al anti-heroe luchando contra Nimue, la Reina de la Sangre (Milla Jovovich), un espíritu de la época del Rey Arturo que revive para tomar venganza y destruir la raza humana. Mientras trata de luchar contra ella, Hellboy irá conociendo aspectos de su vida que desconocía y así ir descubriendo el origen y el propósito de su vida.

La verdad que es muy difícil despegarse de lo que habíamos visto ya con las dos películas anteriores de Del Toro, pero así y todo es muy difícil darle una oportunidad a esta nueva adaptación ya que el producto deja muchísimo que desear. Los primeros minutos de la película, desde el origen de Nimue hasta la primera aparición del demonio, es muy difícil de digerir. Los efectos especiales usados son muy pobres y las situaciones creadas son muy ridículas y carentes de atractivo.

Lo que sí tomaron como gran apuesta es el gore, que por momentos se convertía en el ingrediente especial del film. Una decisión controversial ya que al mostrar tanta sangre y viseras, hace que la película entre en la categoría para mayores de 16 años, y así seguramente será muchísimo más difícil poder lograr una buena recaudación mundial. Muchas veces sí sirve, como lo fue el éxito de Deadpool, pero acá no considero que suceda porque lo que ves en pantalla no ayuda para nada.

Lo más criticable es la villana Nimue, encarnada por Jovovich, que es totalmente acartonada y descartable. La actuación de Harbour está bien, no deslumbra para nada porque recién cuando se empieza a lucir un poco ya nos encontramos a nada para que termine la película. Y después con la escena adicional que ponen te quieren vender un personaje para una secuela, sinceramente no sé si llegará a concretarse este deseo del estudio, veremos cómo le va en taquilla.

Hellboy es una película que uno la puede ir a ver por curiosidad o para averiguar si es mejor que la anterior versión, pero que aún no le llega a ganar en empatía a la actuación de Ron Perlman. Ojo, recién cerca del final se pueden ver algunas bases que tal vez con un mejor guion se pueda ver un producto mejor, pero que en este primer paso solo resultó en fracaso.