Geo-Tormenta

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

El cambio climático extremo es un hecho innegable, y Hollywood inventó un género exclusivo para representar sus consecuencias devastadoras: el cine catástrofe. Ciudades hundidas por un terremoto o arrasadas por un tornado son algunos de los temas predilectos del cine-espectáculo. Quizás el nombre más identificado con estos artefactos apocalípticos sea el de Roland Emmerich, que desde Día de la Independencia viene insistiendo con el desastre planetario.

Geo-Tormenta es el nuevo blockbuster inscripto en esta tradición de cine con presupuesto abultado y el debut en la dirección de Dean Devlin, uno de los productores eternos del mencionado Emmerich. A diferencia de la gran mayoría de estos ejemplares colosalistas, Geo-Tormenta tiene la virtud de incursionar con dignidad en géneros como la ópera espacial, el drama político con giro conspirativo y el thriller de acción.

En 2019, el cambio climático llega a un nivel extremo. Los polos empiezan a derretirse, el nivel del mar aumenta, las intensas lluvias, los huracanes y los tornados arrasan con ciudades enteras. Las naciones del mundo, lideradas por Estados Unidos (obviamente), se reúnen para crear unos satélites espaciales especiales para controlar el clima y evitar el fin de la humanidad. El sistema de defensa global para proteger el mundo de los desastres climáticos es ideado por Jake Lawson (un convincente Gerard Butler).

El problema surge cuando uno de los satélites sufre un misterioso desperfecto que comienza a afectar a distintas ciudades. El Gobierno de los Estados Unidos, liderado por su presidente demócrata (encarnado por el legendario Andy García), vuelve a solicitar los servicios de Jake, quien deberá viajar al espacio y solucionar el problema. Pero pronto descubren que no es un desperfecto, sino un fallo intencional el causante de los desastres. Mientras tanto, en la Tierra se teje un complot para asesinar al presidente y utilizar los satélites climáticos como un arma de dominación masiva.
Lo mejor de la película es la simultaneidad de los desastres, tanto en la estación espacial como en la Tierra. El montaje permite una clara alternancia entre las dos situaciones y les da un ritmo vertiginoso a las escenas de acción, que pese a estar sobrecargadas de efectos especiales se entienden a la perfección.

Geo-Tormenta tiene todos los elementos y tics del cine catástrofe. Calificarla de disparatada y “demasiado yanqui” es un error de lectura. La película no tiene vergüenza de ser lo que es y toma una posición política clara. Es una película de trazo grueso que dice lo que piensa y va al frente.

Lo único malo es que no le importa manipular al espectador, y lo hace sin miedo al subrayado, al ridículo y a la obviedad.