Fragmentos rebelados

Crítica de Felipe Vicente - EscribiendoCine

Rostros imborrables

En Fragmentos Rebelados (2018) el incansable documentalista social David Blaustein asume el riesgo de volver a los setenta para no sólo reponer la figura del realizador Enrique Juárez, sino también seguir revisando el instante más urgente que tuvo el cine nacional.

¿Quién podría olvidar el sonido de los tambores repiqueteando en La hora de los hornos (1968)? Pues el director de producciones como Cazador de utopías (1996), Botín de Guerra (2000), oye los ecos de este sonido y toma la iniciativa política. Blaustein no hace documentales formales, y eso lo deja claro otra vez cuando incrusta cine, política y pasado al llano presente de producción-exhibición que vive el séptimo arte argentino.

Familiares, compañeros militantes y amigos (con injerencia predominante en el cine de la base), recuerdan al desaparecido Enrique Juárez. Se halla cierto placer cuando escuchamos a Fernando "Pino" Solanas, José Martínez Suárez y Octavio Getino. Todos reunidos con el fin reflexivo sobre lo que se hizo bien y (también) mal durante aquellos días.

A su vez, sería difícil saber cuál habrá sido el ultimo registro que aunó a todos estos directores militantes que destrabaron el bloqueo creativo en Latinoamérica. Por otro lado, Blaustein recurre a un cierto Macguffin hitchcockeano adaptado a la realidad del ejercicio práctico filmado, funcional para su idea: puntapié inicial con Juárez, para luego colarse por las arterias del pasado cinematográfico que tuvo una identidad pocas veces tan marcada en nuestro cine.

Blaustein, quien también ganó el Premio Especial del Jurado en la Competencia de Documentales del Festival de Cine de La Habana, se vale de imágenes de archivo, fotografías y cortos donde aparece Juárez, con el propósito de rearmar y volver armar la historia setentista. Cineastas, militantes, revolucionarios, pero, por sobre todas las cosas, personas.

Ese es el efecto que causa este material. Podremos ser más o menos adherentes a una ideología a la que hoy cuesta encimarle renovación conceptual y generacional, pero nunca quedaríamos implícitamente exentos del impacto que provocó la generación del cine liberación. Probablemente de los mejores documentales en 2018.