Foto Estudio Luisita

Crítica de Mónica Gervasoni - Cinéfilo Serial

“Foto Estudio Luisita” es un film de Sol Milagria y Hugo Manso, que obtuvo el premio del público a la Mejor Película Argentina en el 20 BAFICI y que se estrena, comercialmente, este 14 de marzo. La cinta cuenta la historia de una mujer que retrató una época de la farándula argentina, en los años en los que había solo fotógrafos que no aceptaban a una mujer que ejerciera esa profesión.

Sol es una joven que estudia fotografía y trabaja en un taller de reparación de cámaras, allí conoció a Luisita, se hicieron amigas y cuando frecuentó su casa descubrió una gema: Un archivo con más de 25.000 negativos de las celebridades argentinas. Supo entonces que estaba delante de un tesoro, 20 años oculto, y de una historia que contar. Porque, además, Luisita es la única fotógrafa de teatro de revista argentino de las décadas del ’70, ‘80 y ’90 con vida en la actualidad, que cuenta con tal extensa producción y cuidadoso oficio desde los años ’60.

Desde Amelita Vargas a Marrone, desde Tita Merello y Susana Gimenez, Olmedo, Porcel y Atahualpa Yupanqui, entre otros, son innumerables las celebrities que desfilaron ante la lente de su cámara, en el mítico estudio de Luisita en la Av. Corrientes al 1300. A pesar de que la fotografía y toda su parafernalia, como eran las cámaras, el negativo, el revelado, el color, la corrección artesanal (antes de que viniera la tecnología a retocarlo todo), era un mundo dominado por los hombres, ella y sus hermanas lograron ganarse un lugar. Hasta competir y ganar un premio, al que ninguno de los fotógrafos quiso retratar por ser una mujer quien lo había ganado.

Los teatros de las revistas porteñas eran como su casa. Hoy llevada a esos mismos teatros, Luisita dice en voz baja: “ya no somos de la casa, somos ajenas”.

El paneo que hace la cámara sobre la Av. Corrientes o cada vez que se detiene fuera y dentro de un teatro mostrando las marquesinas y las compara con la época del Teatro Revista, es un guiño a la nostalgia.

Tratándose de la historia sobre la que versa el film, la fotografía y el montaje son esenciales y se lucen. Es un documental imprescindible para todo aquel que decida ser un artista con su cámara. Porque como diría la protagonista de esta cinta, “¿qué es un artista, sino alguien que ve lo bueno y lo realza, que ve lo lindo y lo magnifica, que busca en el otro lo más lindo que tiene para mostrar y lo inmortaliza?”.

Las escenas tienen su propio tiempo que tal vez no coincida con los tiempos del público y el sonido es un poco bajo, para lograr comprender cabalmente lo que la timidez de Luisita, esta mujer colombiana, quiere decir. Aún así es una obra que deleita un homenaje tardío pero debido.