Fin de semana

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Fin de semana: propuesta audaz y adulta

El cine cordobés se ha convertido no sólo en uno de los polos de producción más prolíficos del país, sino también en uno de los más diversos. Para ratificar esa afirmación surge ahora esta ópera prima que se estrena tras su reciente paso por el Bafici. Fin de semana es una película audaz en más de un sentido: en lo dramático, porque decide no explicar ciertos conflictos; en lo visual, porque Moroco Colman trabajó con notables directores de fotografía en tres formatos de pantalla diferentes (Gustavo Biazzi en el más angosto 1,33:1; Fernando Lockett en el más ancho 2,35:1, y Pablo González Galetto en 1,85:1), y en algunas apuestas que generarán ciertos rechazos como lo explícito de sus largas e intensas escenas sexuales.

Carla (María Ucedo) arriba a Villa Carlos Paz tras una larga ausencia para acompañar durante el fin de semana del título a Martina (Sofía Lanaro, notable). No queda claro si son madre e hija. Tampoco el motivo de la visita, pero se adivina una reciente tragedia de una figura masculina. La joven la recibe con frialdad, incluso con cierto desagrado y rechazo. Carla intenta algunos gestos conciliadores, pero pronto descubrirá que Martina mantiene una relación sadomasoquista con Diego (Lisandro Rodríguez) que le está dejando múltiples secuelas físicas.

A partir de ese planteo, Colman narra una historia de encuentros y desencuentros, de confrontaciones y conexiones afectivas que se van recuperando incluso en las situaciones más extremas.