Existir sin vos. Una noche con Charly Garcia

Crítica de Arturo LeBranca - Revista Meta

El talento de Charly García es indiscutible. Desde chico tuvo una capacidad para tocar cualquier melodía en el piano. Supo construirse como ícono del rock y asumir riesgos en toda su vida. Su oído absoluto permite que tenga talento para tocar cualquier instrumento como para crear canciones que perduren en el tiempo.

Alejando Chomski registra el proceso creativo de Charly durante una noche de 1994. La cámara es un personaje visible que deambula por todos lados.

Los músicos ornamentan según las indicaciones de su líder. Sugieren y proponen, pero él sabe muy bien lo que quiere. La sutileza de los sonidos, o la espectacularidad en la composición de la letra, describe la ejecución de una canción que hoy en día sigue inédita: Existir sin vos.

En el tradicional estudio de Fitz Roy, Charly despliega todo su talento en una zapada interminable. Reutiliza las cintas de cassette para grabar canciones nuevas en equipos analógicos. Los músicos pasean y aguardan las indicaciones de él. Vemos a María Gabriela Epumer grabando o leyendo en un sillón mientras todo toma forma. Esa noche, también acompañan Fernando Samalea, Fabián “Zorrito” Quintiero y Alejandro Medina. La noche transforma la velada en un momento íntimo.

Existir sin vos. Una noche con Charly García es la muestra del talento maravilloso que nos regala Charly García con cada creación. La película permite entrar en una atmósfera donde aflora el talento, la magia es espontánea y todo fluye hacia un mismo lugar: la música.