Entre la razón y la locura

Crítica de Santiago García - Leer Cine

En el año 2019 mirar una película como Entre la razón y la locura (The Professor and the Madman) es un viaje hacia otro mundo que hoy parece lejano, pero que comparte con cualquier otra época de la humanidad la pasión por el conocimiento. Siempre ha habido, aun hoy, personas cuyo deseo de abarcar y entender el conocimiento humano los lanzó a tareas titánicas que iban incluso más allá de lo que podían abarcar con su propia vida. Esta película cuenta una de esas historias y no debería ser ignorada por los amantes del conocimiento.

La película cuenta un momento clave de lo que en un futuro formaría el Diccionario Oxford (Oxford English Dictionary) considerado el más erudito y completo diccionario de la lengua inglesa, así como el principal punto de referencia para su estudio etimológico. Cuando en 1878 el profesor James Murray fue contactado por los delegados de Oxford University Press y le propusieron ser el editor del descomunal proyecto. El proceso titánico tuvo varios momentos de zozobra pero el otro personaje clave destacado por la película es el Dr William C. Minor, quien estaba en una institución para criminales con trastornos mentales y que por sí solo creo más de diez mil entradas para el diccionario.

Ambos personajes, obsesivos, obstinados y brillantes, consiguieron llevar adelante uno de los momentos más importantes en el registro del conocimiento de un idioma. A lo largo de la película es simplemente abrumado observar no solo lo difícil del proyecto sino además las dificultades de un mundo sin la tecnología con la que contamos hoy o se contó en la segunda mitad del siglo XX.

A una reconstrucción de época impecable a la película se le debe sumar un elenco notable, encabezado por Mel Gibson como el profesor Jame Murray y Sean Penn como el doctor William C. Minor. En dos tonos diferentes, ambos sostienen la película y le aportan drama a una trama no tan sencilla de contar. Conseguir que se entienda lo que se está contando depende no solo del guión en este caso, sino también de ambos actores.

Lo primero que querrá hacer el espectador al terminar de ver la película es saber más sobre estos personajes y sobre la realización del diccionario. La misma pasión que animó a estos hombres inunda a quien vea la película. El amor por el conocimiento y los libros es festejado aquí como pocas veces se ve en el cine actual.