Elle. Abuso y seducción

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Es una película provocativa del principio al fin. Y a eso se le suma un humor negrísimo que nunca pierde el tono y deja en cada espectador una sensación de incomodidad pero también de fascinación por lo que ve en la pantalla. Es que el director Paul Verhoven regresa en su mejor estado (recordemos que es el director de “Bajos instintos”, Robocop”), se basa en la novela “Oh…” de Phillipe Djian y logra una conjunción perfecta con la gran Isabelle Huppert para realizar un film que no permite la indiferencia. Ya de entrada comienza con una violación, a la dueña de una empresa de videojuegos, en su gran mansión. Cuando el episodio termina no hay llanto, ni llamadas a la policía. Ella ordena la casa, tira lo roto, y al día siguiente maquilla sus moretones. Luego dirá al pasar que fue violada a su círculo intimo. Con ese comienzo se establece una tensión que no decae y que permite descubrir la perversa, controladora y controvertida personalidad de la protagonista como si se tratara de un policial, pero también es una indagación sobre ella misma. Descubrir al supuesto “culpable”, mostrarla en su trabajo, la relación con su hijo, el pasado de un padre asesino. Cada capa de información es más perturbadora: y ella en el centro de esa realidad, con el perfecto control de lo que ocurre, casi sin inmutarse. Lo que hace la Huppert es increíble, su destreza como actriz, su talento, su audacia para entregarse a un rol tan oscuro, es puro deleite. No se la pierda.