El vicepresidente: Más allá del poder

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Temporada de premios y la avanzada de títulos que intentan llamar la atención de los medios y especialistas comienza con "Vice", la nueva realización de Adam McKay ("The Big Short").
Esta vez, el análisis del hábil director es sobre una controversial figura de la política norteamericana, Dicky Cheney, segundo al mando del gran país del norte, quien es señalado como el gran responsable de los errores (o aciertos, según de que lado lo veas) de la política internacional estadounidense desde la caída de las torres gemelas hacia acá.
Dick (Christian Bale, en otra de sus transformaciones donde gana kilos) es un tipo que pintaba en su juventud, para talento. Pero sus problemas con el alcohol y su carácter, dificultaban la concreción de sus metas. Sin embargo, su esposa Lynne (Amy Adams), siempre supo lo que tenía que hacer para volverlo a poner en ruta.
Aquí vemos como ese anhelo de crecimiento y necesidad de poder (inspirada lejanamente en "House of Cards"), pondrá proa hacia objetivos más importantes. Luego de algún trabajo no demasiado adecuado a sus aspiraciones, Dick llegará como pasante al mundo de la política. Aprenderá que hacer, como asesorar y cuando y donde ubicarse mejor, desde los gobiernos de Nixon, hasta su candidatura como vice de George Bush (Sam Rockwell, tan perdido como el personaje original), dos veces.
El es un tipo oscuro, tosco, que se muestra hábil para manipular y extorsionar, sutilmente.
Pero lo más jugoso del film es todo lo que sucede, vertiginosamente, una vez que Al Qaeda ataca el 9/11. Cheney tiene por primera vez, las manos libres para actuar (Bush es sólo un vocero en este marco, con poco poder de decisión real) y comienza a operar de manera elocuente para avanzar con una invasión a Irak y Afganistán a gran escala, sumada a varias violaciones a la seguridad personal de propios (con la violación de correos) y extranjeros (actualizó protocolos de tortura).
Donald Rumsefeld (Steve Carell) lo acompaña y hay además una cantida de secundarios de los que sabemos bastante, por haberlos visto en tevé durante los complejos días posteriores a la caída de las torres (la secuencia donde presionan a Colin Powell es muy interesante).
El problema principal del film es que no se logra percibir si se busca generar, una comedia, es decir, una sátira política sobre Dick Cheney, o se intenta marcar un drama político, en el cual se ve claramente su rol de monje negro, nefasto para los intereses de Estados Unidos y el resto del mundo.
Les digo, "Vice", no funciona ni como la primera, ni como la segunda. No te reís casi nada, la historia, para los que estamos informados, no apunta demasiadas sorpresas (quizás si al principio, pero no mucho más) y no hay demasiado humor (un par de escenas, como la de Alfred Molina, apalancadas para que el film luzca más original).
En cuanto a su estructura dramática, es pobre, aburrida y desperdicia un cast casi soñado para este escenario. Adam McKay intenta (creo) mostrarse autocrítico con "Vice" y mostrar a la sociedad norteamericana, el perfil de un tipo siniestro, al que votaron dos veces. Creo que el mensaje va en la dirección correcta para esa audiencia.
Para el resto, la película genera poco interés desde todo punto de vista. En cierta manera, si bien la aplicación de políticas que hace Estados Unidos nos afecta a todos, no hay demasiado que podamos hacer para evitar algo de todo lo que vemos en el film que sucede. Probablemente el ciudadano americano si pueda. Para ellos, exclusivamente, "Vice".