El vicepresidente: Más allá del poder

Crítica de Martín Goniondzki - Cinéfilo Serial

“Vice” es la obra más reciente del director Adam McKay (“Anchorman”, “The Other Guys”), un guionista surgido de Saturday Night Live que nos otorgó varias comedias irreverentes y desfachatadas al mejor estilo de SNL, incluso con varios actores surgidos del programa de sketch como por ejemplo Will Ferrell. No obstante, McKay explotó y saltó a la fama gracias a su film más aplaudido y laureado titulado “The Big Short” (2015). Aquel largometraje le valió el Oscar a Mejor Guion Adaptado, con una historia sumamente interesante, mediante la cual se intentaba explicarle al espectador la crisis financiera de 2008, producto de la industria inmobiliaria de Estados Unidos. Un tema bastante pesado y complejo que el director supo amenizar por medio de la ruptura de la cuarta pared, por medio de material de archivo, explicaciones extradiegéticas y otros recursos innovadores que coqueteaban con ciertas herramientas del cine documental. Una película fresca e interesante que llamó la atención tanto de la crítica como del público.
Tres años más tarde Adam vuelve a redoblar la apuesta con un largometraje que explora la historia real sobre cómo Dick Cheney (Christian Bale), un callado burócrata de Washington, acabó convirtiéndose en el hombre más poderoso del mundo como vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush (Sam Rockwell), con consecuencias en su país y el resto del mundo que aún se dejan sentir hoy en día.
El único inconveniente es que todo aquello que hizo interesante y atractivo a “The Big Short” vuelve a explotarse en este film pero sin esa sensación de encontrarnos ante algo nuevo. La cinta cuenta con varios narradores, una autoconsciencia similar a la de la película antes nombrada y ciertos recursos como incluir memes o imágenes que nos remiten a otras situaciones para lograr un montaje paralelo que nos sugiere ciertos asuntos relacionados con lo que va a acontecer más adelante. Todas cuestiones que implican una visión particular de Adam McKay para contar este tipo de historias y que ayudan a construir su estilo propio. El problema radica en que el film se vuelve repetitivo, viviendo a la sombra de su predecesor, ya que se siente como algo explorado, a pesar de que la historia sea interesante e incluso se separe de las clásicas biopics, resultando ser entretenida y amena para el espectador.
A nivel interpretativo no hay nada que reprocharle a la película, ya que “Vice” compone una plataforma espectacular para el lucimiento de Christian Bale en la figura imponente de Dick Cheney. Su trasformación no solo se da a nivel físico (el actor tuvo que subir alrededor de 20 kilos para el papel) sino también a nivel gesticular y con la voz del mismo personaje. Resulta increíble lo que hizo este gran actor con el rol principal, si a esto le sumamos que el trabajo de maquillaje y prótesis es formidable tenemos a la viva imagen del vicepresidente de George Bush. Completan el elenco Amy Adams como la esposa de Cheney, Steve Carell como Donald Rumsfeld y Sam Rockwell como George W Bush. Este trío de actores también realiza composiciones destacadas para poder completar un gran trabajo actoral del resto del elenco. Adams demuestra ser una de las actrices más sobresalientes de su generación, mientras que Carell evidencia que su histrionismo no solo sirve para la comedia sino también para el drama y otros géneros (igualmente aquí en varios instantes expone su irreverencia y su mordacidad con momentos incómodamente cómicos) y Sam Rockwell afirma lo que vimos el año anterior en “Three Billboards Outside Ebbing Missouri” (2017) siendo un George W Bush perdido y manipulado.
Lo que tenía “The Big Short” es que contaba algo mucho complejo de entender y utilizaba las mismas tácticas que acá para hacerlo más entretenido para el espectador, al mismo tiempo que explotaba el factor sorpresa. Además, su guion era mucho más sólido. Aquí, tenemos una historia más atractiva que quiso ir a lo seguro y explotar las mismas fórmulas exitosas probadas en la cinta anterior, aprovechando solamente el talento de su protagonista y el resto del elenco. Igualmente, resulta una propuesta interesante para el público que suele disfrutar de las biopics con un abanico muy amplio de recursos que no suelen ser vistos en estos relatos como por ejemplo un falso final, varios narradores poco confiables, intertitulos, material de archivo, entre varias otras cosas.
“Vice” representa una película entretenida y bien actuada que se torna algo deslucida por su familiaridad. Su parecido con “The Big Short” es demasiado poco sutil y le juega en contra, ya que pierde en la comparación. Si bien es atractivo todo lo que propone McKay y resulta fascinante que haya cintas de este estilo con una impronta muy marcada que se diferencia de las biopics tradicionales con recursos narrativos seductores, sí es cierto que se presenta como algo ya visto.