El sol también es una estrella

Crítica de Daniela López - Multiverso Pop

Un día es suficiente para probar una teoría

Hay quienes creen en el destino, las casualidades y que nada sucede porque sí. Otros son más metódicos que creen en las estadísticas, los hechos científicos y experimentos para justificar el porqué de las cosas.

Aquí es donde conocemos a Daniel (Charles Melton), un joven coreano creyente en el destino, y apasionado por el arte y la poesía, pero sus padres están convencidos de que su destino es ser médico. Por otro lado, se encuentra Natasha (Yara Shahidi), una joven jamaiquina que trata de mantener su vida y la de su familia en orden, haciendo todo lo posible para que no los deporten de Estados Unidos.

La vida de ambos se cruza cuando Daniel salva a Natasha de ser atropellada por un auto, en algún barrio de Nueva York. Ahí decide pasar todo un día con ella para probar la teoría de hacer que ella se enamore de él en cuestión de horas, lo que no sabe es que a ella solo le queda un día antes de ser deportada.

A diferencia de otras novelas juveniles, en El sol también es una estrella, temas como el racismo, migración y el estatus económico, fueron fijados como historias principales.
A pesar de que la pareja tenga poca química en pantalla, aquellos románticos empedernidos, creyentes de las almas gemelas, el destino y en el amor casi que, a primera vista, amarán la historia como si fuese la primera que vieran de este tipo.