El silencio es un cuerpo que cae

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Agustina Comedi presenta en la Sala Lugones, un documental que viene precedido de una mención especial del jurado en el #BAFICI20 de este año.
"El silencio es un cuerpo que cae" es un fascinante relato que reconstruye, a través de retazos de "found footage" y entrevistas, la vida de Jaime, un abogado cordobés que supo ser gay durante los difíciles 70' y 80' y militó por la causa revolucionaria en forma comprometida y sostenida. Pero ese es sólo el punto de partida para un análisis más profundo, sobre lo complejo que era expresar la preferencia sexual en esos duros años.
Comedi cuenta la historia a través de fotogramas y material fílmico recuperado de la casa de sus padres. Jaime (su papá), era un hombre muy culto, preparado y tuvo muchas parejas en su condición de homosexual, hasta que decidió que necesitaba atravesar la experiencia de ser padre, y abordó una etapa distinta de su vida. Se casó (ya un poco más grande, en sus 40) con la mamá de Agustina, para vivir un tipo de existencia de otro tipo, hasta el momento de su muerte, producto de un accidente en un campo.
Lo primero que hay que decir es que las 160 horas de VHS que encontró Comedi sobre vacaciones, eventos, cenas, reuniones y salidas, ella encontró material muy interesante que muestra lo carismático que era su padre, pero cómo los silencios y lo "escondido" marcaban la agenda de ciertos acontecimientos.
En cierta manera, muestran una configuración silenciosa en la que hay cosas potentes que se juegan en miradas, con opiniones (la secuencia de entrada es muy gráfica) e incluso, con ausencia de las mismas. Se suceden entrevistas a gente que conoció a Jaime, en sus épocas de militante y activista. Se reconstruye un perfil de hombre que parece tener dos etapas bien marcadas en su vida.
Además, estos testimonios contribuyen a conocer al padre de la cineasta, a quien se lo percibe como un líder nato, que llevaba adelante una vida militante peligrosa, que siempre puso al servicio de los demás. Puede decirse que hay una parte bien documentada que explica que pasó en esos años, hasta que sentimos que se llega a un punto de inflexíon en el film.
Agustina trae el recuerdo de un amigo de su papá que le dice, luego de su desaparición física..."cuando vos naciste una parte de Jaime murió para siempre". Todo este universo de contradicciones es lo que gobierna el sentido del film. ¿Cómo reprimir lo que uno siente y quiere exteriorizar, en el marco de una sociedad cuyos valores condenan la homosexualidad?¿Qué cuestiones tuvo en consideración Jaime para cercenar una parte de sí?
Jaime probablemente pueda ser un emergente de esa trama de opresión cultural que estigmatiza y lastima, y ese costo, se paga caro. Es en definitiva, el panorama que la comunidad LTBG tuvo que enfrentar durante los años oscuros de nuestra dictadura, y los que siguieron, que tampoco fueron fáciles.
"El silencio es un cuerpo que cae" es un trabajo que se asemeja a una despedida, puesta en valor. Una suerte de homenaje de una hija a un padre, que fue, mucho más de lo que se podía percibir en la superficie. Ese trayecto, está bien presentado, es emotivo y sobre todo, tiene una potencia gráfica y un montaje que lo hace destacado.
Un pequeño hallazgo en la cartelera porteña, en término de un género (a nivel local) que ha tenido un enorme año.