El regreso de Mary Poppins

Crítica de Gastón Dufour - Cinergia

¿Hay lugar hoy para Mary Poppins?

La película original, Mary Poppins (1964), basada en el libro de P L Travers (cuyos derechos la autora mencionada se negó a vender por años a Disney hasta que él finalmente la convenció, un poco por tesón y otro poco porque Travers estaba prácticamente en quiebra) deforma la historia real de su familia adaptando los sucesos en lo que ella hubiera querido que fueran. En dicha narración, como imagino todos saben (salvo, tal vez, los "centennials", quienes no tienen, me atrevo a arriesgar con cierto temor a equivocarme, la menor idea de lo que estoy hablando, como si todo esto hubiera ocurrido en el Pleistoceno) una niñera mágica aparece a ayudar a los niños Banks a sobrellevar las vicisitudes de la familia mientras aprenden buenos modales, juegos y, bueno, tal vez, positividad ante situaciones adversas de la vida.

Casi 55 años después, Disney, la máquina de generar contenido, lo hace de nuevo, en esta ocasión, trayendo de la nada un personaje de vuelta al ruedo, para rescatar a los niños Banks (y a ustedes también, en referencia a los hijos de los niños originales ya adultos, dirá Mary Poppins, adelantándose a los hechos, en el mismísimo trailer; me libero así de la responsabilidad del spoiler, la amenaza de estos tiempos).

La puesta en escena es mágica y remeda no solamente el film original; además nos acerca a las producciones clásicas de la época realizadas por Disney. Los elementos de animación tradicional hacen lo necesario para que vivamos nuevamente una época dorada, que…bueno, ya no existe. Mary Poppins, filmada en 1964, en una época pulcra y ordenada hasta en el más mínimo detalle a los ojos de los integrantes de la sociedad de entonces (si no fuera, claro, por la cantidad de basura debajo de la alfombra) contaba, justamente, con la mirada y los elementos naif que se vivían en aquellos tiempos, a pesar de estar ambientada en otra época. Todo ello se recuperó, se recicló adecuadamente y derivó en este regreso de la niñera más famosa. No, no la nana Fine; Hablo de Mary.

En lo técnico es irreprochable el trabajo llevado adelante; el elenco hace bien todo lo que hay que hacer en una película musical de este nivel y hasta se reservan un par de sorpresas para el final; mi gran pregunta es si podrá convocar público infantil que no sea arrastrado a la sala por adultos que quieren sentir por espacio de dos horas las mismas vivencias de la infancia. No se trata de una película con dobles sentidos (para captar el interés tanto de adultos como de niños) como se estila hoy en día, dado que los niños de hoy no son ni los mismos y ni hablar, claro, del mundo y la sociedad en que nos encontramos. De todos modos, nunca se acercará a un fracaso y en todo caso mi mirada sociológicamente cinematográfica sobra a la hora de evaluar la factura técnica y narrativa de la película.

En resumen, una película más que aceptable si el espectador busca sumergirse en una pequeña muestra de cierto estilo de cine clásico traído a un hoy plagado de zombies y apocalipsis a la vuelta de la esquina, en dos horas que harán que a la salida de la sala se sienta como Marty McFly reconociendo Hill Valley en el 1985 alterno. No es mejor ni peor, nada más es otra realidad.

La gran pregunta hoy es si, en un mundo absolutamente diferente, hay lugar hoy para Mary Poppins y sus incursiones un poco naif. Si el espectador desea nadar en la bañera de burbujas de fantasía, Mary Poppins regresa es la ocasión ideal para ello.