El planeta de los simios: La guerra

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Los simios, con metáforas

Como casi toda distopía literaria, la novela de Pierre Boulle, "El planeta de los simios", tenía una fuerte dosis de sátira y crítica social, algo que el guionista Rod Serling transportó inteligentemente a la legendaria película de 1968 dirigida por Franklin J. Schaffner, con Charlton Heston, y que luego estuvo presente en las secuelas de los '70, las series de TV, y por supuesto la nueva serie comenzada en 2011 con "Planet of the Apes - Revolution". Tampoco falta en esta flamante "La Guerra".

Esta es la primera de la franquicia en la que aparece en los créditos el nombre de Boulle (quien también escribió "El puente sobre el río Kwai", y terminó su carrera con una novela fantástica sobre la interacción de las ballenas en la guerra de las Malvinas), y la que tiene un mensaje ideológico un tanto obvio sobre un militar fascista que esclaviza a los monos para que construyan un muro. No es el único detalle en contra; también la duración de casi dos horas y media, y varios actos un poco tediosos en los que los simios sólo hablan entre ellos a través del lenguaje de señas. A su favor hay una serie de minuciosas señales para los fans de la serie original que recrean el universo de la película de 1968, como una niña humana muda llamada Nova (como la novia de Heston en aquel film), más algunos tonos de western futurista y excelentes escenas de acción lamentablemente desperdigadas.

El film se toma demasiado en serio el duelo entre el simio Cesar y el exagerado militar Woody Harrelson, pero presenta un nuevo personaje, Simio Malo, un mono que habla y que anda con campera, que en cada aparición hace reír al publico con ganas. Lo irónico es que, en medio de tanto drama simiesco, al final lo que rinde de verdad sean esas monerías.