El perro Molina

Crítica de Jessica Johanna - Visión del cine

El Perro Molina, la nueva película de José Celestino Campusano es una historia de amistad y venganza.

Actores no profesionales ni reconocidos protagonizan esta película que cuenta diferentes líneas que luego convergen en una misma historia. Un matrimonio entre una ama de casa y un comisario que no puede evitar engañarla con prostitutas y termina en el cansancio de esta mujer que, despechada, termina convirtiéndose ella misma en prostituta. Un hombre que le hace favor a una señora cercana a ella y eso deriva en problemas con la ley que tiene que solucionar con otros favores. Un joven inexperto que ve en Molina a un referente.

Un esquizofrénico que se encarga de ciertos trabajos sucios pero cuya inestabilidad comienza a poner en peligro cada tarea. Un cafisho que da trabajo a la ex mujer del comisario y no puede evitar tener sentimientos hacia ella.

La película cuenta con cierto grado de humor y una forma de retratar estas situaciones de un modo natural (por momentos rozando un hiperrealismo), también es cierto que los actores están desparejos siendo sin duda Florencia Bobadilla quien mejor sale parada, interpretando un papel difícil pero saliendo airosa.

Esta historia de venganza y amistades inquebrantables también roza lo culebrón, haciendo que algunas de las cosas que se suceden ya podamos predecirlas.

Filmada de manera prolija y bien contada, El Perro Molina es una película que bien podría incluso sobrevivir en un circuito fuera del festival, ya que es accesible y entretenida, más allá de algunos lugares comunes.