El otro lado de la esperanza

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una película de Aki Kaurismaki que no se pueden perder. Porque si bien el mismo director reconoció que esta es su film más ligado a una situación coyuntural, supo mantener su estilo, evitar el realismo, convocar a su humor tan particular y único pero a la vez contener el drama de los refugiados, en este caso en Finlandia, que los rechaza sistemáticamente. Su humor es seco, les exige a los actores una actitud impávida, con una creatividad arrolladora y un encanto irresistible. Por un lado esta el refugiado sirio que huyo de Alepo, se metió en un barco, se oculto entre el carbón y llega por casualidad a Helsinki. Se baña, se cambia de ropas en la estación de trenes y va hacia el departamento de policía a iniciar el trámite de refugiado, abrumado por encontrar a su hermana. Este hombre chocara contra la burocracia, la insensibilidad, sufrirá el ataque de racistas pero se cruzará también con un hombre clave. El personaje encarnado por Sakari Kuosmanem que abandona a su mujer, a su trabajo, se juega a todo o nada en una partida de póker para, por fin, conseguir comprar un restorán que viene con personal incluido. En ese lugar ocurrirán las cosas más delirantes, pero también ese pobre refugiado conseguirá trabajo, donde dormir, un documento trucho y contención. Todo dentro de un clima de comedia seria que vale mucho más que cualquier discurso inflamado. Con este film Kaurismaki fue galardonado como mejor director en el festival de Berlín entre muchas otras distinciones.