El niño y la bestia

Crítica de Julián Brennan - Cinergia

Divinidad oriental

Dentro de uno mismo convergen muchísimas emociones: desde la felicidad a la tristeza y desde la maldad hasta la bondad. Extremos opuestos conviven dentro de uno mismo.
Mamoru Hosoda nos trae El niño y la bestia, una película de animación japonesa que cuenta la historia de Ren, un chico huérfano, que caminando por la calle, al atravesar un callejón ingresa a un mundo donde los animales caminan en dos patas y hablan como si fuese lo más normal del mundo. Al entrar ahí, se encuentra con Kumatetsu, un oso con habilidades guerreras extraordinarias.
La película tiene de todo: la típica imaginación japonesa para la animación, el honor de los japoneses y esa sabiduría profunda que suelen tener. Es difícil encontrarle algo negativo, lo único que podría decir es que no la consideraría una película para niños, porque no creo que entenderían por completo el film, pero más allá de eso, es una producción disfruta le para los jóvenes y adultos que disfruten de este tipo de cine.

¿Será el año para el cine japonés en los Oscars? Una nominación merece mínimo.