El muerto cuenta su historia

Crítica de Ayelén Turzi - La cuarta pared

Una vez más el cine local da un paso al frente para alejarse de las típicas comedias románticas y los dramas costumbristas. Fabián Forte (La Corporación, Malditos Sean) nos propone una historia que mezcla comedia con fantasía y tiene algunos ribetes de terror y suspenso. Las preguntas que surgen entonces son: ¿está el público masivo local preparado para una propuesta diferente? ¿Qué hacen los realizadores que apuestan al género para lograr una película que funcione?

El protagonista de la historia es Ángel (Diego Gentile), un director de publicidad misógino, prepotente, que corre constantemente detrás del éxito profesional y defiende valores completamente banales, descuidando por completo a su esposa (Eri, interpretada por Moro Anghileri) y a su hijita Antonela (Fiorela Duranda), e incluso cometiendo infidelidades a cambio de "favores profesionales" a diferentes modelos y actrices.

El problema surge cuando, a raíz de un gualicho, cae en un bar lleno de mujeres, atraído principalmente por la enigmática figura de Bea (Emilia Attias), una diosa celta mezcla de vampiresa y femme fatale, que es sin lugar a dudas el principal acierto del cast. De ahí en adelante, se desencadena lo que el título de la película vaticinaba: Ángel se encuentra con que, a partir de esa experiencia, está muerto. Es una especie de zombie, un ser muerto en vida que, a la vez que se va pudriendo, no puede concretar acciones que anteriormente le eran muy habituales, como putear y mentir. Por hacerse el vivo, pasa a ser un esclavo de esta cofradía de mujeres cuyo objetivo es instaurar un matriarcado en la tierra. Y como no es el único hombre en estas circunstancias, se une a un grupo de hombres muertos en vida, convertidos por las mismas diosas: su amigo Eduardo (Damián Dreizik), Norberto (Lautaro Delgado), Sergio (Sebastián Berta Muñiz) y Coco (Pablo Pinto).

La propuesta resulta interesante desde varios enfoques. En primer lugar, hay una bajada ideológica respecto al papel de la mujer: estas diosas celtas son seres mitológicos que, si bien tienen una misión puntual, en el transcurso van ejerciendo cierta justicia sobre los hombres que han cometido diferentes tipos de abusos. Por eso este grupo de muertos vivos quiere destruirlas; e decir: el objetivo de los hombres es destruir a un grupo de mujeres sobrenaturales que lo único que hicieron fue castigarlos a ellos por maltratos cotidianos a mujeres de su entorno. Es como un círculo vicioso sobre los orígenes y las consecuencias de las desigualdades entre géneros, y la película reflexiona, con humor, sobre la posibilidad de romperlo.

Otra cuestión a mencionar es la exploración del género en cuanto a la mezcla de fantasía y comedia. No cae en lugares comunes, sino que explora mitologías poco comunes y brinda la información necesaria para comprender el conflicto, no ahonda en descripciones inútiles sobre los personajes femeninos, sus alcances y sus poderes. Cuenta lo necesario con gran acierto, menos es mas (muchas veces, por contar mucho, con detalle y sobreexplicacion, las historias suelen aburrir o generar dudas y contradicciones en el propio verosímil que están construyendo).

El punto quizás polémico de la película son los FX, particularmente las caracterizaciones de los personajes. A ver: no es que no se puedan hacer FX realistas en la Argentina y que todo va a tener un tinte grotesco (de hecho, en la misma película, los maquillajes de las mujeres en las secuencias que tienen colmillos son impecables, y ni hablar del vestuario). Pasa más por una decisión que los efectos sean más bien caricaturescos, porque los personajes en sí mismos son estereotipos. Es una elección arriesgada por parte de los realizadores, que quizás pueda no ser comprendida por un público masivo acostumbrado a la perfección milimétrica de Hollywood.

Las actuaciones logran buenos momentos, pero de a ratos, quizás por el doblaje, pierden fluidez y se ven un poco televisivas; cabe mencionar acá que se destacan Moro Anghileri y la pequeña participación de Chucho Fernández. A lo impecable que está siempre Viviana Saccone (en el papel de Ana), se le añade un plus: se la ve feliz, disfrutando el personaje, y así logra transmitir algo más fuerte que simplemente poner el cuerpo de manera correcta para encarnar un papel.

VEREDICTO: 7.5 - ARRIESGADA

El muerto cuenta su historia es una propuesta comercial diferente: no es la típica comedia romántica argentina boluda. Propone una historia concreta, con una bajada ideológica detrás, lo cual es muchísimo. El tema con estas películas que se diferencian del resto es que no sabemos si el público masivo está preparado para recibirla, pero hay que seguir dándoselas hasta que se acostumbre.