El faro de las orcas

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

En este film el director Gerardo Olivares, un gran experto documentalista de la vida salvaje y de las bellezas naturales, debe integrar la magnificencia del mundo que rodea a un experto en orcas, el mejor del mundo, con una historia de un niño autista y una trama sentimental que se teje en el mundo adulto. La maravilla de lo que se muestra, muy bien lograda la unión de escenas reales con la utilización de animatronics (hechas por los expertos premiados por “El laberinto del fauno) es espectacular. Desde la crudeza de la alimentación con pequeños lobos marinos hasta la recreación de la relación que logró el guardafauna que inspiro la historia. Esas escenas son bellísimas y emotivas. Joaquín Furriel se compenetra a la perfección con su personaje, un hombre sólido, de pocas palabras que se relaciona íntimamente con ese niño autista, cuya madre lo lleva a la Patagonia como la última esperanza de una comunicación mas profunda con el mundo.
Entre el personaje de Furriel y Maribel Verdú, dos seres que soportaron duras pruebas, nace una relación que se alimenta con la buena química de los actores, pero que no deja de ser secundaria. Y un tanto forzada. Sin embargo en el balance final, entre la importancia de ese mundo natural que interactúa con un hombre y luego con el niño, tratado con la seriedad reconocida por expertos, ese paisaje único del sur y dos muy buenos actores, el film resultara gratamente sorprendente.