El escarabajo de oro

Crítica de Verónica Quírico - El Espectador Avezado

Finalmente se estrena en circuito reducido (Museo Malba y los domingos en BAMA Cine, el largometraje ganador de la competencia argentina de BAFICI 16, "El escarabajo de oro” de Alejo Moguillansky y Fia-Stina Sandlund.
Ya les había contado que siento una gran empatía con el actor protagónico, un Rafael Spregelburd (“El crítico”, imperdiible), personaje a quien lo locuaz le queda perfecto y es apropiado para caracterizar sin escollos la intención de satirizar el mundo del cine desde un costado ingenioso.
Un detrás de escena que en realidad es el desarrollo de la cinta. Comienza con la idea de que están por filmar una película de corte independiente y esto, se entremezclará con una búsqueda del tesoro que depara más de una sorpresa.
En sí, la película que intentan rodar los protagonistas tratará de la muerte de la famosa escritora Victoria Benedicts. Famosa por haber inspirado al escritor reconocido mundialmente, Edgar Allan Poe en su tiempo.
“El Escarabajo de Oro” es una propuesta en el que abundan diálogos, riquísimos, profusos, inteligentes y con un dejo simpático que luce hasta sofisticado. Su producción, tanto como su puesta en escena es una reflexión en sí misma sobre temas multicausales en los elementos que condicionan las filmaciones de las películas en la Argentina.
Simple pero con una dináamica que invita a cualquier espectador a disfrutar de este documental ficcionalizado. Mucho paño para cortar, 100 minutos estimulantes de un rodaje que arranca en lo mas alto, y que si bien le es difícil sostener este ritmo de manera pareja durante todo el film, será sin dudas una experiencia bien vivida por el espectador curioso que quiera degustar este plato tan personal.