El emperador de Paris

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

El personaje Francois Vidocq  ya fue tomado por el cine y la televisión francesa. Pero en este film no se pone el acento en las investigaciones criminales que realizó que fueron las bases de la investigación moderna, hizo experimentos con balística, antropometría, huellas de zapatos. El foco esta puesto en su arrogancia, en su insistencia en trabajar solo y en su movimiento dentro de una ciudad que es un lodazal y tiene un laberinto  de calles y túneles donde los personajes de los bajos fondos viven a sus anchas matando de manera sangrienta a sus oponentes. Los palacios y sus intrigas, con la suciedad y la acción más despiadada en esas callejuelas. Esta reconstrucción histórica bien lograda está ubicada en l805 con personajes que luego inspiraron a otros grandes escritores,  Fouché en ministro de policía de Napoleón, que contribuyó con la revolución francesa, hizo que la guillotina tuviera mucho uso, y con una gran habilidad para darse vuelta, termino apoyando, en la decadencia de Napoleón a otro reye Luis XVIII. Sobre él escribieron Stefan Swweig, Balzac y Victor Hugo. Interpretado por Fabrice Luchini es encargado de ilustrar con sus observaciones los vaivenes del poder. El Vidocq de Vincent Cassel es sangriento, hombre de acción, arrastrado en esas intrigas sin entender  demasiado su suerte cambiante y sus pérdidas. El film del director Jean-François Richet, con guion propio hecho con Eric Besnart, es muy convincente en las escenas de acción, aunque se alarga y por momentos es confusa.