El dictador

Crítica de Roque Anzalas - El Espectador Avezado

Antes que nada voy a aclarar que no soy amante de las comedias, no tengo para nada la risa fácil y puedo afirmar sin ningún tipo de exageración, que pocas veces (por no decir nunca) me he reído tanto con un film, como con esta genialidad que es "El Dictador". Claro que advierto que no es un humor típico, convencional, al que la mayoría del público en general suele estar acostumbrado y puede causar tanto rechazo como aceptación.
Quienes hayan visto algunos de los personajes creados anteriormente por Sacha Baron Cohen (Borat, Bruno, Ali G.) saben lo que les espera, no se la van a perder y la van a disfrutar en grande. Quienes solo conozcan sus trabajos como actor en otro tipo de films ( Swenney Todd, La invención de Hugo) abstenerse.
Es que "El Dictador", que está basada en la novela "Sabibah y el Rey", publicada en forma anónima en el año 2000 por alguien que supuestamente acataba ordenes directas de Sadam Hussein, apela al humor más cínico y mordaz, y como si fuera un huracán de enormes proporciones, arrasa con todo lo que se le pone delante. Nadie se salva, nada queda en pie, sin distinción de sexo, credo o religión, la cultura y el "American way of life" son criticados y destrozados sin piedad por este personaje (sorprende realmente que Hollywood aún lo siga produciendo).
Aladeen ha gobernado en su país con mano dura desde que a los seis años de edad su padre muriera en un trágico accidente (alcanzado por 97 balas y una granada). Anti demócrata, rige con mano firme su amada Wadiya. Luego de intentar en vano crear la perfecta arma nuclear, llama la atención de la Onu y es invitado (obligado) a asistir a los Estados Unidos con la intención de firmar un tratado de paz y por fin lograr la tan deseada (por otros, no por él) democracia.
Ya en territorio americano, ciertos hechos no fortuitos, hacen que sea suplantado por un doble con intenciones totalmente opuestas a las suyas y perdido y sin identidad Aladeen comienza una carrera contra el tiempo, ya que dispone de solo cinco días para recuperar su lugar y evitar que se firme el tratado. Obvio que no va a ser tarea fácil y los gags desopilantes, zafados, se irán sucediendo uno tras otro, sin pausa y sin filtro, en una caracajada contínua de principio a fin, a lo largo de los apenas ochenta minutos que dura el film.
Es tan grande la labor de Sacha Baron Cohen (que también es uno de los responsables del guión), que el resto del elenco, que incluye a Ben Kinsgley, John C Reilly, Anna Faris y Megan Fox, empalidece frente a su trabajo. Aladeen se roba todas las escenas del film, no hay una sola en la que no esté presente.
Larry Charles, siguiendo la línea de sus anteriores trabajos "Borat" y "Bruno", redobla la apuesta y llega al límite de lo grotesco en un film que a no ser por pequeños detalles (romance innecesario, resolución apresurada), rozaría la perfección, pero después de haber reído sin parar durante todo el film, eso se perdona.
El Dictador llega a los cines en plenas vacaciones de invierno, donde la cartelera está repleta de títulos para los más chicos. Así que ante la falta de propuestas para los adultos, tenemos motivos más que suficiente para no dejarla pasar y disfrutar de una comedia realmente imperdible.