El cuervo

Crítica de Pablo Raimondi - SI (Clarín.com)

Letras de sangre

Los últimos momentos en Baltimore de Edgar Allan Poe siguen siendo un misterio. Cuatro días antes de su muerte fue encontrado en un estado de delirio y luego derivado a un hospital donde finalmente falleció.

La película de James McTeigue, el director de V de Vendetta, recorre un singular camino anacrónico. El comienzo muestra al autor de El cuervo, sentado en un banco con su mirada hacia el cielo, ido. El graznido del ave negra, que bordea la silueta circular del satélite natural, es el puntapié de una interesante aventura que descompone la personalidad de este oscuro romántico muerto a los 40 años.

A diferencia de lo que muchos pensarían con un Poe sumido en los excesos de la bebida, las drogas alucinógenas y las relaciones ocasionales, el film ubica al actor John Cusack en un papel casi detectivesco, sólo cercano a la bebida donde sus truculentas y sombrías letras son el motor de un asesino que homenajea al creador de Los crímenes de la calle Morgue y La caída de la casa Usher.

El amor prohibido de Poe con Emily Hamilton (Alice Eve), hija del coronel Charles Hamilton, muestra la tenacidad del escritor por seducir a la joven de alta alcurnia que no encaja con la vida licenciosa de su amado. Las estratagemas a las que recurre para conquistar su corazón enaltecen la figura del alienado escritor quien cada vez se siente más rechazado en el periódico local que, espaciadamente, publica sus escritos.

La acción comienza al asomar una serie de crímenes con claras reminiscencias a la obra de Poe como El pozo y el péndulo. Cuando la brutalidad de los asesinatos va tomando notoriedad pública y estremecen la calma de Baltimore, las autoridades empiezan a analizar el perfil del criminal. El detective Emmett Fields (Luke Evans) desgrana las señales simbólicas (y crípticas) que va dejando el asesino. El hilo conductor son las historias de Poe que, en código, encajan hacia un final sangriento.

El protagonista de ¿Quieres ser John Malcovich?, que precedió a la gran actuación del melómano Rob Gordon en Alta Fidelidad, leyó todas las obras del autor de El corazón delator y estudió la vida del escritor al dedillo, lo que se nota en el desarrollo de la película con una gran caracterización con tintes que van desde la melancolía y preocupación hasta la locura. La carrera de Cusack parece que seguirá un camino criminalístico, en The Paperboy -estrenada recientemente en el festival de Cannes-, encarna a un condenado a muerte por un crimen y en Frozen Ground (con Nicolas Cage) la historia girará en torno a un asesino serial.

Lo que deriva en un lugar común de El cuervo es la presa que elige el misterioso cegador: Emily, la enamorada de Poe, raptada frente a las narices de las autoridades en medio de una fiesta de disfraces. Un recurso, a esta altura, poco original y muy trillado. Al principio, las sospechas caen ante el turbado escritor que enfrenta un doble rol, el de supuesto secuestrador y también el de damnificado ya que su amada tiene las horas contadas. Para encontrarla deberá descifrar sus propios relatos. Y hasta el crítico y agente literario Rufus Wilmot Griswold (muy conocido por su rivalidad con Poe) es apuntado como el supuesto asesino de Baltimore. Todos son sospechosos.

De allí en más la carrera contrarreloj para dar con el criminal muesta lo más jugoso de la película con señales imperceptibles que desanudarán, entre tinta y sangre, el enigma de un secuestro escrito de antemano. ¡Nunca más!