El club de los 50

Crítica de Fernando Sandro - Alta Peli

La cara oculta del rock.

Dice el dicho que detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer. En El club de los 50 la máxima a aplicar sería que detrás de toda estrella del rock, hay grandes músicos que la respaldan.

Artistas que más de una vez se ocultan en las sombras, que quizás son nombres lejanamente familiares, pero no gozan de esa masividad de las estrellas; cuyos rostros a veces desconocemos, y son celebrados dentro del séquito de cultores del rock.

Sergio “Cucho” Costantino le dedicó trabajos documentales a Miguel Abuelo y Federico Mouras, líderes de bandas icónicas, legendarias, íconos de nuestro rock.

Ahora, parece mirar al bosque detrás del árbol y posa su mirada sobre quienes se ubican detrás, sobre esos músicos que siempre están, y que atravesaron gran parte de la historia rockera vernácula.

Claudia Puyó, Willy Crook, “El Vasco” Bazterrica, Cuino Scornik, Ica Novo, y Tito Losavio, son los nombres que aparecen en este documental.

Todos ellos formaron parte de bandas estelares o fueron músicos soportes de distintas estrellas. De algún modo opacados, de algún modo con luz propia. Costantino sigue sus historias por separado, los observa y entrevista, y los hará confluir en un punto en común.

De música, industria y otras yerbas:
Estos seis músicos harán un repaso por los temas más “candentes” del mundillo rockero. De sus bocas saldrán frases sobre la tradición y los ritos; sobre la fama, su peso, su paso y su ausencia; sobre la industria musical; sobre el estar y no estar; sobre el músico y su público, entre un enorme etcétera. Todo con el particular toque que ellos pueden otorgarle.

Está claro que los destinatarios de este trabajo serán quienes conozcan a estos artistas y quieran saber algo más de sus vidas y sus opiniones, no hay necesidad de prólogos o introducciones a modo de presentación para recién llegados.

Pero esta estructura de entrevistas y pareceres otorgadas a un púbico que ya los conoce, no es impedimento para que Costantino innove a la hora de presentar el documental.

Por supuesto que, si hablamos de música, esta se siente y no puede faltar, habrá momentos, a modo viñetas, de zapadas y archivo poco conocido; esos momentos que hacen que estas películas quieran ser atesoradas por los fanáticos.

Su estética también es llamativa, de tonalidades blanco y negro, con un montaje ágil, y algunas animaciones para cerrar ese espíritu entre juguetón y rebelde de estos músicos que, como su título lo indica, ya pasaron los cincuenta y aun fuera de la masividad se mantienen vigentes.

Conclusión:
El club de los 50 es mucho más disrruptiva desde la imagen que desde la presentación de las historias que presenta. De gran disfrute para melómanos, Sergio “Cucho” Costantino, plantea una postura y deja que sean sus protagonistas los que se adueñen de su película, imprimiéndoles sus sellos personales. Algunas opiniones o abordajes inteligentes terminan por redondear un documental diferente aún dentro de su subgénero.