El cisne negro

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Un cisne cautivante de oscura visión

Y ya entramos en la carrera a los premios de la Academia con una avalancha de films cautivantes, intensos y únicos, en la parte más rica del año para los cinéfilos.
Llega a nuestras salas la última película de Darren Aronofsky, singular cineasta cuyo mejor trabajo fue, sin dudas su debut con"Pi", en el año 1998. Es cierto que su llegada a las grandes ligas con "The wrestler" fue intensa, pero este cronista quedó extasiado con aquel primer largo. Aronofsky es un director que ama la fotografía, los encuadres perfectos y las actuaciones ajustadas. Ustedes dirán... "A quién no?" Es su sensibilidad la que lo distingue y muchos especialistas lo consideran como lo más vanguardista en los Estados Unidos en años. Creo que sí, es un sujeto que hay que seguir en la industria. Y "Black swan" es un punto alto de su carrera, sin dudas.
Una primera cosa que es bueno que sepan, es que no soy fanático del ballet ni mucho menos. Alguna vez estuve relacionado indirectamente con él, pero desconozco sus códigos y su mundo, por lo cual, debo reconocer que soy fácilmente "impresionable" en ese aspecto. "El cisne negro" es el personaje oscuro del clásico "Lago de los Cisnes", referencia inmediata al universo que experimentaremos durante la cinta.
Nina ( Natalie Portman) es una bailarina en una prestigiosa compañía en Nueva York. Su vida es la danza, como la de todas sus compañeras. Su madre, Erica (Barbara Hershey), fue también bailarina pero por razones que desconocemos no logró satisfacer sus aspiraciones personales con la danza. Tiene una obsesión con la carrera de su hija y la convivencia (viven juntas) se hace por momentos complicada. Nina aspira a un rol que le de un salto en su carrera, el rol doble que es el eje central en la próxima temporada: ser la heroína de la compañía en su nueva producción. Cuando el director artístico Thomas Leroy (Vicent Cassel) decide reemplazar a su antigua protegida, Beth (Wynona Ryder), quitarle el lugar de primera bailarina y mandarla al retiro, Nina llegará al lugar deseado: será la encargada de llevar adelante el rol de las dos hermanas en "El lago de los cines". El rol demanda un trabajo intenso y complejo: ella deberá encarnar el cisne bueno, blanco, puro e inocente y a la vez, el negro, siniestro y enigmático, en dos composiciones diametralmente distintas.

Sin anticipar mucho más de la trama, hay que decir que el trabajo de Portman es digno del premio de la Academia. Su Nina es un ser frágil, conflictuado e intenso al mismo tiempo. Debe batallar con su mundo interno para poder superar sus conflictos de autoestima baja a la hora de posicionarse como la elegida y sacar adelante un rol para el cual (convertirse en el cisne negro), condiciones técnicas no le faltan, pero si interpretativas. Cuando el director la presiona para que se conecte con su lado oscuro, Nina comenzará un descenso a los avernos sin retorno, donde nada será claro y costará distinguir entre la realidad y la fantasía. Todo, dentro del competitivo mundo del ballet profesional, donde los celos, la dureza del entrenamiento y las ambiciones personales se juegan a cada momento.
Darren Aranofsky construye un espacio (esa compañía) con mucha pulcritud. Nos muestra las emociones y sentimientos que se juegan en la creación del arte, y lo hace con solidez. La película respira pasión, entrega e intriga. El director acompaña cada giro en la trama con una banda de sonora impecable (tomada de la misma "Swam lake") y fotografía mágicamente a la hora de retratar la humanidad de cada personaje.
Es un thriller psicológico abosrbente. Quizás no a la manera de los clásicos relatos del género, sino con un ritmo distinto, compuesto de acordes que se ensamblan de manera magistral. Es, en definitiva, como una cuidada coreografía que va increscendo hasta llegar a su climax. "Black swan" es superlativa, consistente y enigmática, una enorme película que no debemos dejar pasar, nos guste o no el mundo del ballet...